¿Mano negra en Morena? Marcelo Ebrard se inconforma por el sucio manoseo de su compañera Claudia Sheinbaum en la “campaña”; más inconformes se sumaron al grito de protesta de Marcelo, diputados federales denunciaron la intromisión de personal de la Secretaría del Bienestar, haciendo proselitismo a favor de la candidata de López Obrador. Acarreos bárbaros, publicidad pagada con recursos públicos, promoción con personal de los gobiernos, amenazas si no apoyan a Claudia.

El diputado verdecologista, Javier López Cazarín, también denunció el sucio acarreo y participación de instancias gubernamentales en favor de Sheinbaum; que las brigadas de los “siervos de la nación” operan a favor de Sheinbaum, quienes advierten que es orden del presidente López y deben brindar el apoyo a Claudia. Por ello denunciará ante el INE los abusos.

Mientras que el bufón del petista Fernández Noroña adelantó que Marcelo Ebrard dejará Morena y se irá a MC. La respuesta de Marcelo fue inmediata y desmintió al “trapo”, advirtiendo que no abandonará a Morena, jamás lo ha pensado. El oportunista de zalea, una vez más, volvió a quedar como un cretino mentiroso.

Mario Delgado, dirigente, que no líder de Morena, de inmediato se deslindó de los malos manejos. Por supuesto que debía hacerlo, no es tonto. Dijo que ha sido “imparcial y transparente”, de acuerdo a su estatuto y al acuerdo del Consejo Nacional.

Imposible que aceptara el desaseo y descardo manoseo que han denunciado 2 de los 4 competidores (Velazco y Fernández son invitados de palo). En descargo de su culpabilidad, Mario envió una misiva a la militancia de Morena. Y conste que Mario Delgado, junto con Ebrard, son quienes robaron a manos llenas cuando gobernaron el DF, con las obras públicas, habiendo apoyado al hoy presidente López Obrador con dinero para su campaña. Por eso Marcelo tuvo que huir y refugiarse en Francia. ¿Se equivocó Marcelo? La regla: En política no hay amigos, existen intereses creados.

Las traiciones en política a nadie extrañan.

El horno no está para bollos en el concurso morenista. Sea cual sea el resultado, se develaron los “cochupos” electorales entre ellos mismos.

El proceso ha quedado manchado y deteriorado, falto de credibilidad. Como era de esperarse. Tanto Ricardo Monreal como Marcelo Ebrard siempre afirmaron que no confiaban en las encuestas de su partido, entre otras razones, porque nunca saben cuál es el método de la encuesta y los nombres de las empresas encuestadoras. Simplemente se les informa quién ganó y quién perdió. Método gansteril impuesto desde la Presidencia de la República. Así no hay pierde. Asegura el promotor que gane la candidata de López Obrador.

Pero como el proceso es manipulado desde la Presidencia de la República, no les quedó más remedio que participar a los interesados bajo las reglas impuestas por Andrés López Obrador. ¿Guardaban la esperanza de que no hubiese “mano negra”? Se equivocaron, la mano que mueve la cuna hace todo lo posible por aparentar limpieza en un proceso desaseado desde un inicio; sí, desde que todos los participantes aceptaron las reglas que les dieron a conocer en el mismo Palacio Nacional. No se los mandaron decir. No, AMLO puso las sucias cartas sobre la mesa y los “contendientes” aceptaron.

El presidente López hace lo mismo desde la tribuna del Poder Ejecutivo, convertido en el coordinador de la campaña de Morena para la Presidencia de la República. El juego sucio y perverso que el INE tolera a placer. Solo en espera a que termine la “farsa democrática de la trampa electoral”.

Por parte del frente político, Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles, de extracción perredista, se molestaron por haber sido despedidos de la contienda del concurso para dirigir el Frente Amplio por México, a razón de no haber cumplido con la regla de las firmas.

Si bien ambos reunieron el número de firmas que exigía el concurso, las mismas no cubrieron las cantidades que se les pidió en 17 estados, cuando menos. Así que, en contra de los acuerdos, amenazaron con interponer un recurso ante el INE, el cual seguramente perderán.

Mientras, el “chillón” de Jesús Zambrano, dirigente del PRD, declaró en “suspenso” la participación de su partido en el frente. No amenazó con abandonar el frente (¿a dónde irían?); no, solo advirtió del “suspenso”. No le quedó más remedio que arropar a los dos quejosos e incumplidos de sus compañeros. En “suspenso” la participación del partido que puede perder su registro en las próximas elecciones por la cada vez más escasa votación que recibe del electorado. Morena dejó al PRD literalmente en estado de inanición.

Enrique de la Madrid perdió en el resultado de la primera encuesta al quedar en cuarto lugar. No amenazó con impugnar o dejar el frente. Aseguró que continuará respaldando las acciones de la oposición. Harto diferente a la postura irreflexiva, tramposa y comodina de los perredistas.

Los tres contendientes del frente que quedan vivos en la contienda se proclaman victoriosos en los dos “debates” que han sostenido. ¿Por qué hacerlo si eso no define quién ganó o quién perdió? ¡Festejan! El método que determinó el grupo ciudadano que coordina la competencia no debe ni ha dicho nada. Pero los contendientes Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredez y Santiago Creel festejan sus triunfos. ¿Cuáles? En lugar de sumar, dividen.

Por supuesto que miles de seguidores del frente tienen a su candidata o su candidato. ¿Qué harán cuando no resulte que ganó la persona a quien apoyan? ¿Seguirán en el Frente Amplio por México o se alejarán? Cuando que la ciudadanía que navega en la oposición debe ser leal al frente, no a su candidata o candidato. Habrá muchos y muchas decepcionadas del resultado.

Unos más, otros menos; ambos grupos políticos, morenistas y oposición, sufriendo por métodos electivos no previstos en sus estatutos políticos por elegir a una especie de “coordinadores” que serán los o las candidatas a la Presidencia de la República. Método no previsto en la legislación electoral. Inédita competencia y desleal participación desde el Poder Ejecutivo federal.

Todos los actores políticos destrozando las normas electorales. Claro, por la abierta, cínica y sucia incitación a la violencia legal por parte de Andrés López Obrador.

Democrática y electoralmente nos esperan tiempos aciagos.

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