Para cerrar el periodo ordinario de sesiones en las cámaras de Diputados y Senadores, los morenistas y sanguijuelas aliadas la volvieron a hacer. Aprobaron un sinfín de reformas, adiciones; derogaron, abrogaron leyes y crearon otras, sin tener el más mínimo conocimiento del contenido de lo aprobado, simplemente, como les dice el titular del Poder Ejecutivo, no les cambiaron ni una “coma”.

El canibalismo legislativo se dejó ver en toda su magnitud en ambas cámaras. Literalmente, a “machetazos”, crean y destruyen metiendo la mano a cuanta ley se les ocurre; esta vez trastocaron la Constitución sin tener la mayoría calificada. No cabe duda que está viciado el procedimiento, lo que genera nulidad e inconstitucionalidad que tendrá que hacer valer, una vez más, la oposición. PAN, PRI, PRD, MC y el Grupo Plural de la Cámara de Senadores no pudieron hacer nada frente a las arbitrariedades, abusos y delitos que cometieron Morena y sus aliados. Todos advierten que acudirán a la SCJN para hacer valer los vicios cometidos por quienes ya están acostumbrados a no acatar el mandato que protestaron al tomar el cargo, cumplir y hacer cumplir la Constitución y demás leyes y reglamentos.

Nuevamente, los ministros estarán en la mirilla del “arma destructiva” del presidente de la República, que cristaliza en el denuesto, la ofensa, el vituperio, la descalificación, la calumnia e incita en sus mañaneras a su “inconsciente e irreflexiva bufalada” de seguidores para agredir a los impartidores de la ley, quienes en los últimos días han mostrado su peligrosa agresividad en tumulto hacia los ministros. Ya lo demostraron golpeando e impidiendo el paso a un vehículo que transportaba a unos de los ministros. No hubo policías capitalinos ni Guardia Nacional que impidiera las agresiones y ofensas. ¿Será porque cumplen la encomienda presidencial?

La bancada morenista y acompañantes trasnochados desaparecieron los apoyos a los campesinos y ejidatarios que siembran sus tierras, al extinguir la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario.

A las Fuerzas Armadas las fortalecen con más dinero, ajeno a sus atribuciones. Recibirán dinero, sin rendir cuentas, de los impuestos que pagan los extranjeros, antes destinados a Fonatur para el desarrollo turístico. En lo sucesivo, personal militar administrará cientos de millones de pesos más, aparte de aquellos que ya controla. También le endosan al Ejército, a los militares, pues, la administración del Tren Maya y sus recursos. Tren que muchos apuestan a que no entrará en funcionamiento en este desastroso sexenio; ah, pero cómo ha causado problemas y absorbido recursos del erario.

Crearon la aerolínea militar. ¿De dónde saldrá el dinero para su funcionamiento? Las Fuerzas Armadas controlarán el espacio aéreo, lo militarizaron.

Por supuesto, desaparecieron al desfigurado e inútil Insabi para crear otro elefante blanco llamado IMSS-Bienestar, el cual carece de recursos para su funcionamiento; tampoco tiene inmuebles para prestar los servicios de salud universal y gratuita a más de 15 millones de mexicanos. Solo una maquillada para olvidar el fracaso de los servicios de salud mejor que los de Dinamarca, para iniciar con otro que será peor. Todo es un barniz que disimula el verdadero fondo de las torpezas de la pésima administración amloísta. Pretenden apoyarse en los gobiernos de los estados y descargar en ellos la responsabilidad de los servicios de salud.

Fue brutal lo que hicieron de noche, al cuarto para las doce, antes de concluir el periodo ordinario, obedeciendo el mandato presidencial, los legisladores morenistas, quienes, sin vergüenza alguna, fueron a entregar cuentas a Palacio Nacional. ¡Deber cumplido! Aunque para ello hayan violentado la Constitución y leyes legislativas internas para las aprobaciones por montón, sin quórum y a mano alzada, como le gusta a López, y no por la esencia de la calidad en las leyes.

Fue evidente que en el Senado las cosas estuvieron más sucias que en la Cámara de Diputados. Ricardo Monreal, coordinador morenista, no volvió a cumplir; aseguró que no harían lo mismo que sus homólogos diputados; resultó peor el desaguisado legislativo. La aplanadora lo arrolló, carece de fuerza política para controlar a la “bufalada”; el presidente de la Mesa Directiva lo superó, coordina sin ser coordinador. Violentó Alejandro Armienta Mier el trámite legislativo, sin reunir el quórum legal, aprobaron todo; los números no le cuadraron a falta de la oposición, más las abstenciones y votos en contra de los subordinados; por cierto, Alejando es primo del coordinador de Morena en la Cámara de Diputados.

AMLO y su séquito de legisladores sumisos festejan a gritos los abusos y atropellos legislativos. La oposición legislativa (todas las bancadas) adelantó la impugnación por las violaciones constitucionales, las que seguramente validará el presidente López con su rúbrica al promulgarlas y publicarlas en el Diario Oficial de la Federación. Ello no convalida los atropellos a la Constitución.

Nuevamente el reto para la mayoría de los ministros de la SCJN: declarar la inconstitucionalidad de lo aprobado. Los votos cautivos de los lacayos están en manos de Arturo Zaldívar, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, quienes seguramente volverán a apoyar sistemáticamente el cúmulo de violaciones.

Siempre con los nervios en vilo para alcanzar los apreciados 8 votos. AMLO seguirá su campaña llena de amenazas en contra de los ministros que no ha logrado controlar, ni lo conseguirá.

La ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña, le ha demostrado a López Obrador que primero está la impartición de justicia, la protección de la Constitución, antes que los caprichos e intereses políticos.

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