El pasado 22 de febrero, la Sala Superior del TEPJF dictó ejecutoria por medio de la cual modificó el acuerdo y convocatoria de la Jucopo de la Cámara de Diputados.

La resolución de los magistrados determinó en forma categórica y sin posibilidades de interpretación, dado que la sentencia causó estado y deben cumplirla los legisladores. ¿Cuál fue la modificación? ¡Que la quinteta de aspirantes a presidir el Consejo General del INE se integre exclusivamente por mujeres!

Al fin morenista, el presidente del organismo político de la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, en conferencia de prensa amenazó que están en imposibilidad de modificar su convocatoria, así que nada de que sea una quinteta de mujeres las aspirantes a ocupar la presidencia del Consejo General. Pero que el asunto lo sometería a consideración del Pleno en la sesión del martes pasado. Nada se supo de ello. Así de rupestre el pseudoestudiante de la carrera de la Licenciatura en Derecho, quien no se tituló por considerar que el titularse implicaba someterse al sistema de los “neoliberales”.

El presidente de la Junta de Coordinación Política ignora que ya no tienen que cambiar la convocatoria, el acuerdo traducido en convocatoria ya fue modificada judicialmente, por medio de sentencia ejecutoriada. Ya no tiene que modificar nada.

Lo cierto es que la “chicanada” o la extrema ignorancia de la cual goza el legislador poblano no le da para comprender el alcance de la misma. Me viene el recuerdo de otro lego en Derecho, el señor Pablo Gómez, quien se ofende y magnifica políticamente las palabras “sacramentales” en las sentencias, cuando la autoridad judicial dicta resolución en un juicio de amparo que dice: “la justicia de la Unión ampara y protege” al quejoso contra los actos de autoridad reclamados.

Por ello, la sentencia dictada por la Sala Superior no está sujeta a interpretaciones personales de Ignacio Mier, mucho menos a votación del Pleno de la Cámara de Diputados para decidir si modifican o no la convocatoria. No estamos hablando de un acto jurídico imposible de cumplir. Por el contrario, la parte relativa a la elección de la próxima presidenta del Consejo General es simple y llana. Solo tienen que escoger una quinteta de las mejores aspirantes, “mujeres”, a ocupar el cargo que quedará vacante en poco más de un mes.

Seguramente los morenistas ya tienen su “ruta crítica”, saben quién será el consejero fiel a la doctrina de la 4T, que no es ninguna aspirante a consejera, quien pretenden que ocupe la presidencia del Consejo General del INE. De lo contrario, no se opondría a la sentencia que conlleva la obligación de elegir a una mujer para ese caso; los otros tres cargos vacantes no fueron condicionados, podrán designar a hombres o mujeres. Pero no así para la presidencia del consejo que dejará vacante el doctor Lorenzo Córdova Vianello.

Ojo, en caso de incumplimiento pueden ser sujetos de un juicio criminal por no acatar la sentencia judicial que ha causado estado y debe cumplirse. Mas, como morenistas, eso no les incomoda ni les intimida, están acostumbrados a incumplir y violar flagrantemente a la Constitución y demás leyes.

El lego en Derecho, Ignacio Mier, de la bancada de Morena, por supuesto, torpemente y sin entender lo que significa una sentencia firme, que ello “implicaría modificar nuevamente la convocatoria para designar a cuatro consejeros en ese organismo, lo que atentaría contra los derechos de las más 663 aspirantes que ya se registraron en los términos establecidos en la misma”. Falso, no se puede atentar en contra de una expectativa de derecho.

En su conferencia de prensa dijo Mier que durante la sesión del martes el Pleno analizará el fallo del TEPJF y se daría respuesta el próximo jueves. Amenazó con interponer una acción de inconstitucionalidad. El Pleno no puede decidir si se cumple o no la sentencia. De irse al juicio de inconstitucionalidad, imposible que designen a la presidenta del consejo en el corto periodo de tiempo que resta para ello. Otra más de las sucias trampas morenistas, iguales a su mentor: López Obrador.

El leguleyo morenista trajo a colación el antecedente de que en diciembre pasado, el tribunal –de manera intempestiva (¿intempestiva?, ¡por favor!– emitió una sentencia en contra del Pleno para que se modificaran dos cosas en la convocatoria de elección de consejeros del INE: que en la misma se garantizara un lenguaje inclusivo y que se precisara en cuál de las quintetas se iba a determinar el presidente del Consejo General. Su alegato nada tiene que ver con la sentencia. Luego vinieron más recursos de inconformes con la convocatoria, mujeres por supuesto. Ello fue legal.

Para después pretender justificar con lo siguiente: “Le dimos cumplimiento, tal y como lo ordenó. Además, estableció que la Jucopo no podía intervenir en la vida y organización interna del comité, que debe tener autonomía técnica. Lo atendimos y consideramos que estaba perfectamente los términos que garantizaban la igualdad sustantiva. La convocatoria precisó que la cuarta (quinteta de cuatro) se dio para la elección del presidente, hombre o mujer”. Eso fue en otro momento procesal, previo a otras inconformidades en contra de la convocatoria. El raciocinio jurídico del señor no alcanza para más.

Y siguió el coordinador de la bancada morenista, Mier. Aquí la megaignorancia del legislador en materia jurídica. Dijo que, derivado de un juicio de protección de los derechos políticos, los magistrados del tribunal revisaron de nuevo la convocatoria y por cuatro votos contra dos se determinó que se modifique nuevamente para que el próximo titular del INE salga de una quinteta conformada por mujeres. ¿Tan difícil la comprensión de lo resuelto por los magistrados de la Sala Superior del TEPJF? Claro que no.

Lo cierto es que los magistrados les tumbaron el “borrador” de aquellos que ya tienen en sus listas para quedarse con el control del Consejo General. Ello, más las trampas inconstitucionales del “Plan B”, definitivamente que el gobierno de la 4T se queda con el control jurídico y administrativo de las actividades electorales. Estos actos truculentos morenistas superan los fraudes de “Estafa Maestra” y de “Segalmex”.

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