La narrativa de cuentos presidenciales basados en las mentiras, siguen su marcha. AMLO ha logrado imponer la agenda mediática y sobre ella giran las discusiones o debates a nivel nacional.
La enorme mayoría de la esencia temática diaria va dirigida a las “bases sociales amorfas” de López Obrador, quienes creen, sin chistar, la serie de mentiras que les narra. En contra del fanatismo no se puede luchar.
AMLO logró formar una enorme “base social amorfa” aprovechándose de las fallas y corruptelas de gobiernos pasados. Los llamados neoliberales carecen de fuerza de credibilidad frente a los cuentos que por más de 18 años ha recetado el presidente a su base de seguidores, a quienes los mueve el odio, el rencor que sembró en ellos el creador de los sueños imaginarios cuando él llegara a la Presidencia. Hoy nada importa a esa “masa social amorfa”, solo seguir creyendo en su líder de cuentos de mentiras.
El odio y resentimiento es la base del “fundamentalismo” mediático creado por López Obrador, acorde con su narrativa. Los honestos contra los corruptos. Esa “base social amorfa” se siente parte de los honestos; no piensa, solo reacciona a los mensajes del presidente, ellos confrontan de inmediato a los otros: los corruptos. Ellos son los buenos, los otros son los malos. Ellos forman parte del pueblo; los otros integran la “burguesía”, aunque no comprendan el significado. Ellos son el pueblo y encarnan la democracia; los corruptos son los oligarcas, gobierno de unos cuantos, para unos cuantos. Unos, son el gobierno del pueblo, la “masa amorfa”, aunque AMLO no los tomen en cuenta en realidad. El resto es la clase oligarca, el gobierno de unos pocos para otros poco; son los corruptos.
Por ello el presidente logra permear en su “base social amorfa” construida en años de dominio de la agenda mediática desde la oposición. Ahora lo hace desde el ejercicio corrupto de su gobierno. Sus cuentos de mentiras son la verdad indiscutible para los resentidos sociales que buscan venganza.
¡Los corruptos quieren regresar al poder, no volverán! “Esa es la consigna de lucha electoral”.
Mientras los “corruptos”, así considerados por AMLO, se pelean por las migajas del poder. No atienden a la guerra mediática que sigue dominando, curiosamente, el más corrupto de los presidentes de la República. A sus seguidores poco les importa ya si su líder dice no la verdad, simplemente no quieren que regrese la clase oligarca al poder y las huestes de su “base social amorfa”, dispuestas a todo.
Y, desde la cúpula del poder el presidente lanza sus arengas a la lucha para que sus enemigos no vuelvan a conquistar sus prerrogativas: la corrupción, el compadrazgo, los negocios turbios, la delincuencia. La ciega y “amorfa base social” de AMLO no quiere ver la realidad, quiere venganza ¡Que no regresen al poder los corruptos!
Por eso el presidente López acusa, calumnia y difama a todos aquellos que no se subordinan a su ilegítimo y abusivo poder, sean ministros, órganos constitucionales autónomos, empresarios insubordinados y respondones, jueces, consejeros, el INAI, etcétera; a esos los señala como enemigos. Ellos forman parte de la oligarquía que reclaman sus privilegios. Discurso fácil y mezquino, lleno de mentiras que le ha dado frutos al populista de Andrés López Obrador. Explota los resentimientos sociales.
AMLO no se cansará del cuento diario de mentiras. Lo cierto, quiere conservar los privilegios que le da la Presidencia de la República y si es necesario llegar a más violencia, dispuesto está a ella con tal de no renunciar a los lujos y fuerza del poder. Vivir en in Palacio no es cualquier cosa, dejarlo no quiere.
Enemistades políticas irreconciliables. No parece entenderlo la oposición. A muchos de ellos, a los llamados corruptos, los ha logrado comprar, los amansa. La inequitativa lucha entre tirios y troyanos es a muerte. AMLO tiene todo para ganar las elecciones del 2024. Solo falta que la enorme mayoría de mexicanas y mexicanos salga a votar en contra del nefasto y corrupto gobierno de la 4T. Siguen siendo más las y los mexicanos buenos, que la “masa social amorfa” que apoya a López Obrador, esa que no piensa, solo reacciona.
AMLO sabe que el tiempo de su mandato se agota, por eso ha roto cualquier regla constitucional, legal, política y social con tal de no perder el enfermizo y obsesivo poder del abuso que se le diluye en las manos.
Como animal herido, al presidente no le importa enemistarse con el gobierno de los EU, por eso sus antagonistas agresiones. Lanza los mismos epítetos fuera de las fronteras y amenaza con influir en las elecciones norteamericanas, cancela contratos con empresas extranjeras, viola el T-MEC, defiende a la delincuencia organizada y no permite intervenciones como si México fuera colonia. Parte de los cuentos que conforman el discurso mediático que no practicaba y hoy explota; sus amenazas y advertencias solo eran para consumo interno. Con ello quiere ganarse la simpatía de millones de mexicanas y mexicanos que radican en el extranjero ¿Su pretensión? Erigirse como el adalid de la independencia y enrollarse en la Bandera Nacional, para salvarnos del intervencionismo extranjero. Increíble, pero cierto.
Es tiempo de modificar el discurso de la oposición, no ser solo reactivos y enlodarse en la arena mediática que siempre propone AMLO. Es tiempo de generar propuestas válidas, viables y que enamoren a la mayoría de los próximos votantes.
Es claro que al presidente López no le importa la estabilidad social, desarrollo económico, servicios de salud, mucho menos la seguridad pública de las y los mexicanos. A él solo le interesa conservar el poder más allá de su mandato. Su “base social amorfa” está dispuesta a todo con tal de que no regresen los corruptos: mensaje de AMLO. Esa es la retórica del repetitivo discurso ¿Qué propone la oposición?
¡Ya basta de cuentos del corrupto presidente!
27
Mar 23
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