En días pasados, fui enterado de dos “PECULIARES” denuncias iniciadas en mi contra. La primera se trata del PROCEDIMIENTO ESPECIAL SANCIONADOR número 196/2021, que se tramita ante el Instituto Electoral del Estado de Querétaro; la segunda, la carpeta CI/QRO/1860/2021, iniciada ante la Fiscalía del Estado (la cual fue ofrecida en el IEEQ violando el principio de presunción de inocencia).

Ambas tienen como característica principal a la denunciante: La doctora en derecho y diputada local de Morena, Martha Fabiola Larrondo Montes, a quien “a toro pasado” parece haberle molestado mucho lo que he escrito de ella y desaté su visceral furia en mi contra, al grado de acusarme de que por mí perdió Morena. No es para tanto; sería como pensar que el pueblo es tonto. ¿O será quizá que la diputada se creyó lo del “rayo apendejador” y cree que lo poseo?

No sé, pero parece que a la “gentil legisladora” y próxima integrante del cabildo capitalino, no le gusta leer la verdad, no sabe leer o, mejor dicho, lee a su conveniencia y trata de ocupar a las instituciones y sus resquicios legales a su favor; cosa que, dicho sea de paso, no es raro, pues la señora sigue cobrando en la UAQ, de acuerdo a la Plataforma Nacional de Información Pública, la nada despreciable cantidad de 26 mil 660.32 como profesora de la facultad de Derecho; total, la ley lo permite aunque la ética no. Pero ese tema es subjetivo y no voy a entrar en romanticismos.

Desaté su ira con afán de revanchismo al escribir sobre el batazo que recibió su esposo, Arturo Rueda Zamora, presuntamente ordenado por el otrora director de Inspección municipal de la administración 2015-2018. No me imagino cómo se hubiera enojado si en aquella ocasión hubiera también escrito que a cambio de otorgar el perdón recibió 50 mil pesos, a pesar de que ya tenían encerrado al indiciado y con muchas posibilidades de dejarlo guardado.

También le resultó por demás irritante que dijera que el cargo que ostenta fue por la vía de representación proporcional, lo cual es evidente, cierto y público; fue registrada en el lugar seis de la lista de representantes por esa vía de la coalición “Juntos Haremos Historia”. Lo bueno es que en aquella ocasión no escribí que la hoy morenista a ultranza militó del 22 de octubre del 2000 al 31 de agosto de 2020 en el PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL. Ahí, junto a esos pillos “deleznables” que frenan la evolución del país.

De la que me salvé al no decir que fue candidata plurinominal de Morena aún siendo priista, quizá abusando de la buena fe de los morenos. ¿Se imagina? Yo creo que me manda matar, o de barato, una madriza sí me ando llevando. ¡Qué bueno que no lo hice!

En sus denuncias dice que yo no hablo de su trabajo legislativo, de 13 iniciativas presentadas en el Congreso local, por lo que a manera de una sincera consideración y esperando no sacarla otra vez de quicio, escribiré sobre su “vasta productividad”. Comencemos.

La diputada tiene: 2 años 9 meses, mil 014 días, 24 mil 336 horas más o menos en funciones, lo cual nos indicaría en relación a sus iniciativas, que la diputada tiene una productividad de 0.39% mensual, del 0.0128% diario y del 0.00053% por hora.

Por lo anterior percibe un sueldo de 91 mil 943.96 pesos mensuales, 3 mil 64.7 pesos diarios, 127.69 pesos por hora; esto, sin contar los 214 mil 529 pesos anuales que recibió por concepto de aguinaldo, la prima vacacional de 64 mil 360.77 pesos, “canasta especial” a razón de 27 mil 582 pesos anuales, “despensa” (no vaya a ser que no le alcance) de 731.84 pesos mensuales, gratificación anual de otros 214 mil 529 pesos (aparte del aguinaldo) y 64 mil 360.77 mensuales como prestaciones complementarias. Ya no quiero contarle del celular y seguro de gastos médicos mayores, que a diferencia de sus compañeros de bancada, ella no devolvió. A eso me refería cuando decía: “Sueldos que los naturales de Morena no sueñan”, ellos creen en la falaz “austeridad republicana” y en “la esperanza de México”.

Pero a lo que voy. Cada una de las “13 iniciativas” que tanto presume y hace gala de ellas, en 121 hojas de bosta jurídica, que dan forma a sus distópicas denuncias, le cuesta al pueblo queretano 445 mil 755.24 ¿Dígame usted si no es caro tener una diputada con doctorado en la Legislatura?

No quiero ahondar mucho en la intrascendencia de sus iniciativas, pero un exhorto a los poderes ejecutivos es como las “llamadas a misa”, y quizá las llamadas a misa tengan la utilidad de despertar a un beodo trasnochado con la misa de seis, o si son a mediodía, servirán para alertar a algún burócrata somnoliento por el soporífero trabajo de recibir , sellar y entregar papeles, que es la hora de comer.

Aclaro, para que los asesores de la legisladora no se desgasten en réplicas ni denuncias, toda la información vertida en esta columna es pública y puede ser consultada en los diversos portales de transparencia; así que no den lata.

Podría ser más extensivo y hablar sobre condonaciones de multas de la legisladora, familiares en nómina y alguno que otro “volador de Papantla” en la Secretaría del Bienestar, pero eso será en otra ocasión.

Para concluir y de manera muy personal, reitero mi gratitud a la doctora, legisladora y próximamente regidora de representación proporcional, Martha Fabiola Larrondo Montes, por considerar que mis letras causaron la derrota de sus candidatos. Suscribo categórico: Morena no perdió por mí, perdió por gente como ella, que pretende hacer y dictar política desde su curul, alejada de la realidad social y, sobre todo, de las fuerzas vivas de su partido, esas que muy en el fondo de su zurdo corazón, la asumen arribista y la repudian, originando campañas grises y de brazos caídos.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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