No recuerdo, al menos en los últimos tres sexenios, un gobernador del estado que haya perdido el control de sus “entenados” con la premura y anticipación que le ha ocurrido a Paco Domínguez.

Primero fue la legisladora Elsa Méndez, a quien estar desposada con el líder de los concesionarios del transporte público en el estado le valió la diputación local por el Partido Acción Nacional, para después radicalizarse y unirse a Encuentro Solidario, olvidando quién le dio la oportunidad de jugar en la vida pública del estado.

Ahora el “madreador” Alejandro Ochoa Valencia dice tener la “bendición” de Domínguez para buscar la gubernatura del estado, lo cual solo puede significar dos cosas: Paco Domínguez le está jugando chueco a Mauricio Kuri o no tiene control alguno de sus creaciones, como ha quedado en evidencia con el caso de la familia Barrios Méndez.

Ambas opciones dejan mal parado al poderoso gobernador, que pretende seguir su carrera, pues nadie acuerda con quien no cumple, ni con “líderes charros” sin control de su ganado.

“El general que pierde el respeto de su ejército, lleva perdida la mitad de la batalla”.

Reacciones “secundarias”

No se hicieron esperar las reacciones de la oficina de comunicación del gobierno del estado, luego de la repentina aparición del excandidato presidencial Ricardo Anaya, y con pueriles argumentos vertidos a través de su “columna política” oficial pretenden desvirtuar a quien con la mano en la cintura puede descarrilar el proyecto de la candidatura de Acción Nacional a la gubernatura, pues lo que no dicen los del “siglo trasnochado” es que Anaya Cortés controla la mayoría de comités municipales, que su grupo tiene dos de los municipios más importantes del estado (entre otros), que sigue conservando mayoría en el consejo nacional y que la decisión sobre la metodología para la elección de candidato a gobernador recae en dicho organismo.

Eso sin contar la simpatía que le tiene monseñor Mario de Gasperín, a quien no le desagradaría en lo absoluto ver al “Chico maravilla” despachar en la casona de 5 de Mayo.

Dicho lo anterior, ¿habrá quien crea que el “Cerillo Anaya” es un dolor de muelas aliviado?

“La mejor victoria es vencer sin combatir”.

Tiempo para soñar

Otra volada con el proceso electoral venidero es nada más y nada menos que la diputada local Elsa Méndez, quien desde la dirigencia del resucitado PES pretende hacerse con la candidatura a la gubernatura del estado, pues dice que tiene con qué y sus ilusiones están puestas en “robar” votos duros al PAN.

Decía don Manuel Gómez Morín: “Que no haya ilusos, para que no haya desilusionados”. Parece que don Paco Domínguez nunca le compartió filosofía panista a su entenada rebelde, quien, sin duda alguna, terminará por demás desilusionada.

Por cierto, cualquier panista que pretenda alternar con Elsa “La rezandera” Méndez, tendrá que tomar en cuenta que a pesar de sus pesares, la legisladora no torea “suelta”, pues sus concesiones le atan en una enfermiza relación “amor-odio” con el Ejecutivo estatal.

“Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido”.

Haga sus apuestas

Aquellos políticos en activo que pretenden salir abanderados en el próximo proceso electoral por un partido diverso al que pertenecen o por el que fueron postulados, deberán renunciar a este a más tardar en el mes de mayo. ¿Quiénes serán los chapulines?

“El arte de la guerra es el engaño”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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