En verdad no logro inferir siquiera la alegría que da a los simpatizantes de la “Señora X” la bajada de la carrera presidencial de Samuel García. Primero, porque creo que ningún demócrata convencido puede festejar que un adversario se baje de la contienda por temas legales y así no medirse en las urnas; segundo, porque no puede haber ningún rastro de honor en tratar de apoderarse desde el Poder Legislativo de una gubernatura que no fueron capaces de ganar por medio del voto; y tercero, porque bajarlo no beneficia en lo más mínimo a su candidata, y por el contrario, puede agudizar más la crisis de credibilidad que tiene su proyecto.

Verá. Aunque algunos sesudos analistas y frenéticos operadores políticos, en su megalomanía crean y pretendan hacer creer que los porcentajes reflejados en las encuestas son números que se mueven a placer en ecuaciones sujetas a la añoranza para fortalecer el proyecto de su preferencia, lo cierto es que las simpatías por el proyecto de García, difícilmente se irán con Gálvez Ruiz, derivado de que esta representa estereotipos completamente distintos al primero y su mercado e influencia son diferentes, además de que, evidentemente, culparán al PRI y al PAN por las acciones de sus diputados en la legislatura neoleonesa.

También habrá que esperar el papel que juegue Mariana Rodríguez, pues si bien no puede ser candidata a la Presidencia por su edad, sí puede serlo al Senado por la vía de representación proporcional y ser la imagen del partido al lado del candidato presidencial que decida abanderar, pues Dante Delgado tiene pulso de croupier y sabe la valía y lo que puede aportar la regia.

Por otro lado, no descarte usted una candidatura común que, evidentemente, no sería tampoco con Gálvez Ruiz, sino más bien con Claudia Sheinbaum, misma que está latente y puede ser útil para ambos. Para la doctora y su partido resultaría ideal para evitar la sobrerrepresentación legislativa y lograr la ansiada mayoría calificada; y para Movimiento Ciudadano, para incrementar su porcentaje de votación, conservar su registro nacional, e incluso, lograr uno que otro registro local.

“Nadie sabe para quién trabaja”.

Mentiroso y ladino

Quien parece no cansarse de mentir e inventar relatos fantasiosos para confundir al respetable y tratar de mantener cohesión en su secta de adoradores de títulos académicos es Santiago Nieto Castillo, y cada vez se inventa cuestiones más “fumadas” y “riesgosas”.

Tal es el caso del supuesto apoyo de Alberto Anaya, dirigente nacional del PT, a sus aspiraciones al Senado. Pero con lo que no contó el mentirosillo doctor es que Jorge Salazar, delegado en Querétaro de dicho partido, lo iba a desmentir con un discurso muy institucional y respetuoso, pues solo se constriñó a decir que el PT tiene sus propios procesos y los demás partidos de la coalición, los propios.

Pero como mi pecho no es bodega, le cuento. La reunión que tanto presumió “Santi el sucio” no la pidió Anaya, sino él; tampoco fue la semana pasada como pretende hacer creer, fue un día antes de la presentación del convenio de coalición y lo que la motivó fue ir a “pedir chichi” para que el PT echara bronca por el siglado en Querétaro, sin conseguirlo, pues el líder petista no iba a arriesgar una sola de sus 10 posiciones en un pleito ajeno, por lo que lo invitaron a acudir a la ventanilla marrón.

Al paso que vamos, no descarte que se encuentre a Arturo Escobar en el Hunan o algún otro restaurante de postín de la Ciudad de México, le pida una foto y venga a decir que el PVEM le pidió ser candidato porque él es el más mejor del mundo mundial.

“Mentiroso sin memoria, pierde el hilo de la historia”.

Lenguas viperinas

Cuentan que de las mentiras más memorables de Santiago Nieto Castillo, es que hace dos años se bajó de la candidatura a la gubernatura a petición de Mauricio Kuri, porque este tenía miedo de que si Nieto era candidato, le ganara.

“El vende chorizos, ahí sabrá si usted los come”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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