Luego de que en la fecha límite para hacerlo, los tres partidos que integraban la coalición “Juntos Seguimos Haciendo Historia” registraron convenio o al menos manifestaron su intención de construir candidaturas juntos ante el Instituto Electoral del Estado de Querétaro y prácticamente solo se esperaban los acomodos respecto de las posiciones que ocuparía cada partido, el pasado sábado 27 de enero el dirigente estatal y representante del PVEM, Ricardo Astudillo Suárez, presentó desistimiento formal con efectos en 24 horas naturales para dejar la famosa coalición y anunciar que irá con candidatos propios en cada una de las casi 250 posiciones locales que estarán en juego el próximo 2 de junio.

Los motivos son sencillos y ordinarios, como ordinarios son los causantes (si pensó en los morenos locales, atinó), pues una vez más estos simpáticos y agrestes antropoides lumpenescos antepusieron sus atavismos, “luchitas morales” y usanzas tribales al pragmatismo y generosidad necesaria para lograr ser algo más que un chiste rancio y mal contado de zurdillos, cuyo principal punto de cohesión radica en el conflicto eterno para mantenerse en “pie de lucha”, aunque la lucha sea intestina.

Verá. Resulta que dentro de los acuerdos tomados luego de suscribir el mentado convenio, estaba que el Comité Ejecutivo Nacional de Morena lanzaría una encuesta para definir candidatos, por lo que cada dirigencia local presentó sus respectivas propuestas. Hasta aquí, todo iba de película. El impasse comenzó cuando los candidatos marrones y, en particular, los de las principales alcaldías, salieron debajo de los de los otros partidos, pues la dirigencia local de Morena y su delegado Sinuhé Piedragil pusieron el grito en el cielo y, fieles a su estilo, comenzaron a filtrar información para despertar los instintos bélicos en el clan, lo cual dicho sea de paso, no es ninguna virtud, es tan sencillo como “tirar un cerillo en hojarasca” y así ensuciar –como es costumbre– sus propios procesos.

Ahora solo queda esperar si el Partido del Trabajo permanece o también opta por mandarlos al carajo, porque resulta que bajo el argumento de partido grande (aunque no gobiernen más que un municipio de poco más de 13 mil habitantes), desprecian las aportaciones de las otras fuerzas, negándose a cumplir acuerdos a través del “pleito ratero” sin ceder nada y queriendo todo.

“Mismos monos, mismas monadas”.

Y en la casa de enfrente

Mientras que en Morena no se ve cómo puedan transitar tersamente rumbo al 2 de junio, los panistas –en mi nada humilde opinión–, sin requerirlo, tuvieron la generosidad y altura de miras necesarias para construir bajo la figura de “candidatura común” proyectos conjuntos a la legislatura local y algunos ayuntamientos, lo cual evidentemente ayudará en el momento de la integración del Congreso, por aquello del “siglado” para evitar la sobrerrepresentación y lograr mayorías calificadas.

Lo que sí es urgente es que la dirigencia, candidatos y demás decisores de Acción Nacional emprendan una ardua cruzada de socialización, y sobre todo, de cicatrización con la militancia de a pie, que en algunos casos se siente ofendida al ver bajo sus siglas a personajes priistas con los que en otro momento se mentaron la madre y hasta se agarraron a chingadazos.

No hay que olvidar que la psique panista es totalmente opuesta la de los pseudozurdos, pues mientras estos son una minoría escandalosa y argüendera, los azules son “mátalas callando” y muestran su inconformidad donde de verdad cala, en las urnas.

“Juntos, pero no revueltos”.

¡Ay, Germán!

Hay sumas que restan y Germán Martínez Cázares es una de ellas. Seguro estoy de que no tiene mayor merecimiento que el de existir para ocupar una posición en la lista plurinominal de Acción Nacional a la Cámara baja, pues votos no tiene y no es ni por mucho un dechado de carisma y simpatía; por el contrario, es un tipo rancio, violento e insípido nacido y crecido a la sombra del “Calderonato”, periodo en el que inició la decadencia ideológica del partido, siendo pieza imprescindible para destruir y mancillar adversarios internos que a la postré dejarían cartas póstumas y las filas del PAN.

¿De qué tamaño será la crisis interna que requieren a un personaje tan siniestro como Martínez Cázares? ¿Qué esperan de un tipo que disfraza la traición de pragmatismo? Dicen que el que traiciona una vez, traiciona siempre. Además, siendo sumamente realistas, si traicionó a un presidente en la plenitud del poder y su fracción, qué los hace pensar que no traicionaría a una disminuida oposición.

Pero por si algo le faltara al michoacano, luego de su forzada inclusión exhibió que ni la gratitud ni la discreción son lo suyo; y como si se tratase de un baluarte del panismo, salió a jactarse de su posición exhibiendo a quien dice su amigo, el gobernador Mauricio Kuri González, como tratando de descomponerle el estado, derivado de que en el colectivo panista esa posición bien pudo ser ocupada por un reconocido militante queretano, en lugar del remedo de Martínez.

Habrá que esperar, pero si el CEN no corrige a tiempo o, mejor dicho, baja a ese lastre, puede haber consecuencias que suman riesgos en el estado.

“No tiene la culpa el purépecha, sino el que a cuestas se lo echa”.

¿Habrá dos 4T en el estado?

Seguro lo que no han calculado los genios operadores de Morena es que lo peor que puede pasarles es que los candidatos verdes vayan solos, pues estos no les restarán a los azules, ¡sino a ellos!, porque simple y sencillamente en el imaginario colectivo la alianza subsiste, y si a eso le sumamos candidatos como José María Tapia, los morenos no la van a pasar nada bien y ni el maremoto Sheinbaum les va a alcanzar para salir de su inmundicia. Veremos.

“Tonto es el que hace tonterías”.

Lenguas viperinas

Cuentan que luego de la ruptura de la alianza de la mal denominada izquierda queretana, algunos suspirantes morenos darán el paso al lado verde, pues dicen que “más vale ser cabeza de ratón que cola de león” y “más seguro, más marrao”.

“Ser poco el amor y desperdiciarlo en celos”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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