Rumbo a las elecciones locales y federales del próximo 2 de junio, los partidos de oposición no están impulsando cuadros propios, sino que apuestan por aspirantes chapulines de otros institutos políticos, o incluso, los toman prestados.

Basta que usted vea las consecuencias que tiene en el ámbito partidista la renuncia de priistas encabezados por Jorge Cevallos. Pero el fenómeno no es nuevo, y en este proceso electoral, Movimiento Ciudadano lo inició con el anuncio de la incorporación de la diputada federal del PAN, Paulina Aguado, como posible candidata a la presidencia municipal de Querétaro. No es el único caso del partido naranja, pero es el más visible.

Movimiento Ciudadano, junto con Querétaro Seguro, se confirman como los partidos que parasitan de candidatos reciclados, basura ideológica y electoral que dejan otros partidos, y se confirman como los esquiroles y patiños del Partido Acción Nacional. Nada nuevo.

Ahora bien, la renuncia de los priistas da para varias lecturas.

Una de ellas es que el PRI en Querétaro –de por sí disminuido a tercera fuerza– vive sus peores momentos a no más de dos meses y medio de las elecciones; y las renuncias se dan a la orden del día, pues la dirigencia estatal solo ha velado por sus intereses quedándose con las candidaturas seguras –las plurinominales–, sin tomar en cuenta a lo que queda de las bases del partido.

La fracasada y voraz dirigencia estatal del PRI apuesta a las candidaturas comunes con Acción Nacional, pero el tiro les salió por la culata.

Ahora quien dejó al tricolor fue Jorge Cevallos Pérez, que presentó su renuncia a la presidencia del Comité Directivo Municipal acusando exclusión de la militancia y toma unilateral de decisiones. De la renuncia, nada nuevo, y ahí vemos a los mismos de siempre.

Jorge Cevallos no es cualquier priista, no; sabe los secretos financieros, los amarres y desamarres de los que mandan en el PRI, y no va a perder, por eso se va del PRI, migra al futuro en el presente.

Pero no solo pierde el PRI, es lo de menos, ya estaba perdido; sino que el gran perdedor es el PAN, pues la alianza o las candidaturas comunes ponen en duda su eficacia. Así, la maniobra para dar respiración artificial del PAN al PRI de Pepe Calzada, Enrique Burgos y Mariano Palacios Alcocer –exgobernadores priistas que concertaron con el grupo de panistas en el poder, con Pancho Domínguez y Mauricio Kuri– queda mal, en entredicho y en el fracaso.

Quién sabe cuántos votos aportaría el PRI al PAN, pero con las renuncias de priistas de toda la vida, por lo menos en la percepción ciudadana, queda claro que no van con el PAN y que en las urnas los priistas –los que quedan, ese 7 por ciento– se dispersarán la mayoría a favor de Morena, nunca a favor del PAN. Los priistas que están con el PAN ya vienen con ellos desde hace tres años, no se van a sumar más; por el contrario, al PAN el PRI le resta.

Y sí, Morena –o por lo menos Santiago Nieto– es el beneficiado, y su mensaje tiene varias lecturas.

La primera es un mensaje electoral, la del fortalecimiento de su candidatura al sumar a priistas y ciudadanos sin partido; y es casi seguro que muchos panistas inconformes con la imposición de candidaturas en su partido, de manera silenciosa se sumen con su voto al proyecto de Santiago. Un ejemplo público es el de Armando Rivera, que por mucho que digan que no importa, sí le pesa al PAN, como le pesa al PRI lo de Jorge Cevallos.

Otro mensaje interno, a Morena y sus militantes.

Al anunciar la incorporación a su campaña de los priistas que renunciaron junto con Jorge Cevallos, Santiago Nieto Castillo señaló que Morena es un partido incluyente y abierto que tendrá las puertas abiertas a todas las personas que quieran trabajar a favor de la Cuarta Transformación.

En un mensaje claro para Paloma Arce y a los morenistas que se dan golpes de pecho con la pureza ideológica, recordó que los queretanos saben que Claudia Sheinbaum Pardo será la primera presidenta de la República y necesitará incluir mujeres y hombres que ayuden a impulsar proyectos que beneficien directamente a Querétaro. ES DECIR, NECESITA VOTOS.

En ese sentido, enfatizó que más allá de colores partidistas, lo importante son los principios y propuestas a favor de la ciudadanía.

Y si no les gustan esos principios a los de Morena, tiene otros, como dijo Groucho Marx, porque lo importante no es competir, sino ganar en las urnas, sea como sea y con quien sea.

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