Después del 5 de marzo, después de los violentos hechos en el partido de Gallos Blancos contra el Atlas, que dañó seriamente la imagen de Querétaro, a tal grado de que a nivel internacional y nacional sigue siendo un referente cuando se habla de temas violentos, más en el ámbito deportivo, se requería la reconstrucción de la imagen de la entidad.

Acción concertada, planeada o no, el resultado es el mismo: dejó una mala imagen de Querétaro, tanto en la entidad como en el país y el extranjero.

Parecía que la situación que se creó después del 5M había llegado para quedarse, pero la operación, las estrategias parar rescatar, restablecer o posicionar nuevamente una buena imagen de Querétaro ha sido tejida lentamente, paso a paso, con movimientos quirúrgicos.

Son varias las acciones que, sin decirlo abiertamente, se han realizado desde el gobierno estatal y el municipal de Querétaro para contrarrestar lo que quedó después del 5M, acciones principalmente en materia de educación, cultura y justicia.

Es de reconocerse las acciones contra los “actores” del 5M, más de 50 personas se han consignado ante las autoridades penales, pero no faltan los “prietitos en el arroz”, dos casos que truncan en parte la acción de la justicia.

El primero es que no se detuvo, no se consignó, no pasó nada ni con los empresarios, los dueños, los representes de la empresa privada de seguridad; por el contrario, se movieron como si gozaran de protección, y a estas fechas la empresa ya hasta desapareció –cambió de nombre–, pero nunca se supo que detuvieran a alguien de la empresa, ni de los directivos de Gallos Blancos que la contrataron; no, toda la justicia contra el pueblo, contra la afición, contra las barras y las porras.

Otro botón de muestra: la Fiscalía General del Estado mostró su verdadero rostro discriminador, clasista y de servicio a los poderosos al detener a un fan, a un aficionado, a un fiel seguidor de Gallos Blancos, a un joven mesero que ese día trabajó, y por lo mismo, ni siquiera acudió al partido, y aun así, fabricaron “pruebas” con las publicaciones en redes sociales del joven gallista, y con ello la fiscalía lo acusó, lo detuvieron, y después, mucho después, salieron con su pendejada de “disculpe usted, nos equivocamos”.

Por ello, la necesidad, la urgencia de posicionar la imagen de un Querétaro seguro, de un estado donde se pueden disfrutar en paz los eventos, de recuperar los espacios perdidos a consecuencia de los violentos sucesos del 5M; era, es urgente, porque como comentamos, esos acontecimientos siguen siendo referentes en el mundo, en el país.

Por el rescate de la imagen de Querétaro, no solo del monumental estadio La Corregidora, ese es el fondo del programa, de la estrategia “Sociedad de Respeto, Somos Querétaro”.

Por eso lanza Querétaro el primer programa nacional para generar valores y restablecer convivencia, con la convicción de consolidar una cultura de paz en la sociedad queretana.

Y fue el gobernador del estado, Mauricio Kuri González, quien encabezó el arranque del programa “Sociedad de Respeto, Somos Querétaro”, a través del cual se pretenden fortalecer los valores y las relaciones entre la ciudadanía.

Es, dicen, el primer programa integral de todo el país para poder reforzar valores, fortalecer la familia, reparar comunidades rotas, generar lazos de solidaridad, empatía y restituir el sentido de pertenencia, convocando a la reconciliación y la unidad de la sociedad. Sociedad de Respeto arranca con una intervención masiva en seis grandes colonias de la capital, que han presentado índices elevados en los problemas sociales.

Es decir, en términos llanos, de fortalecer el tejido social que se encuentra en riesgo por el tema de la inseguridad.

El mandatario explicó que en dicha estrategia participará gobierno del estado, municipio y la sociedad civil organizada, todos bajo una misma visión: reconstruir el tejido social mediante el respeto y la tolerancia; informó que el programa arranca en su primera etapa en las colonias Menchaca II, Eduardo Loarca, La Sierrita, San Miguelito, Hércules y Santa María Magdalena, para después extenderse a otros municipios.

El programa es bueno, no dudamos de las intenciones o de los objetivos, ni del planteamiento del góber, pero.

Hasta ahí todo parece hermoso, pero la realidad es que falta mucho por hacer, y todos sabemos que sin justicia –laboral, social, económica, jurídica, etc.–, sin igualdad y equidad, no hay paz.

Que mientras sigan los programas de gobierno electoreros, discriminadores y manipuladores, como los del municipio de Corregidora, donde “regalan” “becas” a “estudiantes” que no estudian, y a los que sí estudian no se las dan; donde “regalan” calentadores solares comprados a sobreprecio, y que a cambio piden una carta de “agradecimiento” para el presidente municipal, con copia del INE del beneficiario; mientras sigan ese tipo de funcionarios, Querétaro no va encontrar paz, y por lo tanto, un municipio podrido, pues contaminará a los demás.

Mientras no se ponga un alto a la injusticia o a la vulgar ambición política y económica de personajes como los ediles Juan Guzmán Cabrera, de Huimilpan; como Roberto Sosa; de diputados vividores como Antonio Zapata por mencionar a uno de los 25, pero todos son igual; mientras se sigan teniendo a ”dirigentes” partidistas, como el del Verde, la del PRI, o los infiltrados en Morena, o mientras sigamos viendo en los puestos de gobierno –en los tres niveles y en los tres poderes– a los mismos de siempre, que no saben trabajar, que solo viven del erario porque son “políticos, o “anduvimos en la campaña”, ni con el mejor programa de gobierno se garantizaría la justicia social ni el bien común, y nunca serán “primero los pobres”.

La paz, la seguridad, se construyen y es un compromiso, una obligación de todos; se construyen fomentando valores, pero se construyen más con la honestidad, la justicia y el combate a la corrupción.

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