La sociedad mexicana percibe a la inseguridad pública como el principal problema del país hoy en día, y esa percepción va al alza.

El presidente López Obrador trató de minimizar el estallido de violencia argumentando que las cosas están bajo control y acusando a sus “adversarios” de exageración; pero es difícil que en un tema tan preocupante para la ciudadanía, llamar a no exagerar pueda calmar los ánimos.

Octubre de 2022 registró un aumento de homicidios dolosos, lo cual se reflejó principalmente en los 50 municipios prioritarios y seis estados que concentran el mayor número de casos.

Entre los que tuvieron aumentos encabezan la lista Tijuana, Baja California; Celaya e Irapuato, Guanajuato; Benito Juárez, Quintana Roo; Morelia, Michoacán; Chihuahua, Chihuahua.

Figuran dos municipios muy cercanos a la entidad, uno, Celaya, hace frontera con Querétaro.

Apenas el fin de semana pasada dos autobuses y un tráiler fueron atacados a balazos, fue el viernes 11 de noviembre, por delincuentes dejando como saldo dos mujeres muertas y una persona lesionada.

Los ataques armados se dieron durante los narcobloqueos que comenzaron la mañana de ese viernes y que continuaron esta tarde en diferentes municipios de ese estado, como Apaseo, que limita con Corregidora Querétaro.

Ahora se suma un municipio más a la ola de violencia: Tarimoro.

No existen palabras para describir la orgía de sangre que está ocurriendo hoy en Guanajuato.

Antier, el martes 22 de noviembre, en Tarimoro, a las 7 de la mañana, hombres armados ingresaron por la fuerza a la casa de una familia –familia de un excomandante policiaco, según vecinos– y acribillaron a sangre fría a cinco personas. Una de ellas, una bebé de siete meses. Tarimoro es uno de los escenarios donde el Cártel Jalisco y el Cártel de Santa Rosa de Lima se disputan el control del huachicol, la extorsión, el cobro de piso y el narcomenudeo.

Pero Querétaro no está a salvo de la delincuencia organizada, principalmente Corregidora y San Juan del Río, plazas donde los huachicoleros tienen un pacto de respeto, que se extiende al vecino estado de Hidalgo, donde también el huachicol es un gran negocio.

Los fiscales de los tres estados tienen procedencia muy distinta.

El de Guanajuato se ha eternizado con unos 15 años al frente, y desde que llegó se dice que se incrementó el huachicol; el de Querétaro va por ese camino, el de eternizarse, ya tiene 7 años al frente de la dependencia y le faltan otros tantos, y la semana pasada fue acusado de estar coludido con grupos de la delincuencia organizada a los que brinda protección, según documentos filtrados por el Guacamayas News.

Del de Hidalgo, el sanjuanense Santiago Nieto, tiene apenas unos meses al frente, y el exzar anticorrupción ha creado muchas expectativas, tanto en materia de seguridad como en política, porque algunos lo ven como el próximo candidato de Morena en la entidad.

Dos son de gobiernos panistas: Guanajuato y Querétaro, y uno de Morena.

Así las cosas.

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