[Tras la Verdad] AMLO, de simplista a bufón de Palacio Nacional

Como respuesta a la acción demostrada por la ministra presidenta de la SCJN y del Consejo de la Judicatura, cuando no se levantó de su silla al arribo de López Obrador al presidium instalado en el Teatro de la República del estado de Querétaro, el bufón declaró en la mañanera de ayer lunes, como es su costumbre, lo siguiente: “Me llena de orgullo que la ministra Piña no se levantara; yo creo que estaba cansada o no quiso pararse”. ¿Y el fondo de su discurso? De eso no habló López Obrador.

Bien vale la pena rescatar algunos párrafos de la ministra presidenta Piña Hernández, en la ceremonia solemne del 106 aniversario de la vigencia de la Constitución de 1917.

Veamos. “Hoy tengo el enorme orgullo de pronunciar estas palabras en representación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal… : por primera ocasión en nuestra historia una mujer preside el Poder Judicial de la Federación”. Tenía que hacer referencia la ministra al hecho que quedará marcado en la historia.

“Hace 106 años, en esta Ciudad, encabezados por Venustiano Carranza, 218 diputados, provenientes de toda la República, con muy distintas profesiones y oficios: abogados, pensadores, médicos, maestros, militares, ferrocarrileros, topógrafos, telegrafistas, integrantes de todo el abanico social de nuestro país, se reunieron para reformar, en principio, la Constitución de 1857. Pero fueron mucho más allá: encauzaron las reivindicaciones sociales emanadas de la Revolución mexicana, dando luz, en el mundo, a un pionero constitucionalismo social”. Hoy son 500 las y los legisladores y la mayoría sigue en la ignorancia, aprovechándose de los estipendios del Estado.

“Las injusticias generan inconformidad, descontento, enojo, violencia. Pero para encontrar una verdadera solución a ellas, de largo plazo, se necesita crear conceptos, ideales, convicciones de lucha política, de fortalecimiento institucional”. Inician los dardos de democracia y libertad en contra del autoritario del presidente de la República.

“Así ha sido en la búsqueda de igualdad entre las personas, con independencia de credos, de nacionalidades, condición económica, de orígenes étnicos o de género. Enfrentar estas injusticias ha sido el mejor motor de las causas de la humanidad”. Igualdad que no practica el gobierno de la 4T, régimen político encargado de generar pobreza, ensanchando la brecha de la pobreza, entre otros.

“… Sin embargo, la deuda histórica con sujetos en particular y con enormes sectores de la sociedad, persiste. Mujeres, personas en situación de pobreza y discriminación. La infancia, las personas con discapacidad, las y los migrantes, los individuos, personas, comunidades y pueblos indígenas, todos ellos nos exigen, recordando a Donato Bravo Izquierdo y a sus colegas diputados constituyentes que nos dieron una Nación, seguir preparándonos para obtener un verdadero progreso. Sólo el conocimiento y la convicción en nuestros valores procuran la libertad y la igualdad”.

Tremendo golpe político en contra de AMLO. Un discurso plasmado de crudas realidades. Deuda histórica con enormes sectores de la sociedad; aquella que, dice el presidente, vive feliz, feliz, feliz en la discriminación y la pobreza. Conforme daba lectura la ministra, el gesto adusto de López se endurecía, flanqueado por los de su confianza, mientras que a los titulares de los otros dos poderes públicos se les relegó lejos del titular del Poder Ejecutivo, acto singular de desprecio. Nada de libertad, mucho menos de igualdad en los hechos del gobierno de la 4T.

La ministra Piña Hernández continuó fustigando con un discurso preñado de frases políticas al presidente López. También dijo: “Evitemos encuentros estériles, reuniones anuales con bellos ejercicios de oratoria, para tras ello, volver al escritorio con la falsa sensación de un deber cumplido. Tenemos que esforzarnos más, cuestionar y cuestionarnos, replantearnos cómo lograr un cumplimiento cabal de nuestra Constitución”. Constitución que ha querido destruir desde sus cimientos el autoritario López Obrador. AMLO no gusta de dar cumplimiento a nuestra ley superior, la Carta Magna. Muchos encuentros estériles con falsa sensación de un deber cumplido. Precisa y clara la ministra.

“… La dignidad se construye día a día, con respeto entre los individuos, entre los poderes, e incluso, entre las naciones”. Como anillo al dedo, diría aquel que no suele respetar a sus iguales, excepto a la mamá del “Chapo Guzmán”, a quien, solícito, acudió a saludarla de mano. El presidente López solo a la madre de un delincuente le reverenció bajándose de su vehículo para saludar. Para sus “oponentes o enemigos”, calificados de conservadores, solo alcanzan vituperios, calumnias, difamaciones, ofensas. Vamos, al entonces gobernador Silvano Aureoles Conejo lo dejó esperando en la calle y no lo recibió en audiencia. Silvano pretendió entregarle pruebas que confirmaban la participación del crimen organizado en su entidad. Ese es el verdadero López Obrador, soberbio, autoritario, tirano.

El ácido y certero discurso de la ministra continuó. “Conforme al paradigma de la centralidad de los derechos humanos, el Poder Judicial –guiado por la Constitución– no solo resuelve las controversias, no solo pacifica los conflictos, sino que también promueve y cataliza el cambio social”, ¡Cataliza el cambio social! Retumbó en los oídos de AMLO. Sí, por medio de la impartición de justicia basada en la Constitución y leyes vigentes, los jurisconsultos también resuelven controversias, pacifican conflictos, algo que no practica el presidente López, por el contrario, genera y enciende conflictos. Duro revés a la torpe política de agresión de la 4T.

Siguió taladrando aquella política de “al diablo con sus instituciones”. Certera dijo: “No es accidental que en el vestíbulo principal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación esté grabado el apotegma: “somos siervos de la ley suprema para poder ser libres”. Nuestro actuar debe estar apegado al derecho para –de cara a la sociedad– rendir cuentas en el ejercicio de nuestra función. Los juzgadores estamos siempre sujetos al imperio de la ley, pero nuestra función no se limita a una aplicación formal”. Todas las autoridades están sujetas al imperio de la ley. Los juzgadores imparten justicia con apego al Derecho. Acciones que repudia el presidente López, él aplica su “derecho y arbitraria justicia”, pasando por alto la normatividad que obliga y limita sus atribuciones; suele justificar sus abusos en beneficio del pueblo, cuando este ha sido el menos favorecido.

AMLO no tuvo dónde parapetarse frente a los cañoneos jurídicos de la ministra Peña. No fue dueño de la mañanera, esta vez hubo más expositores. Le recordó:“Por mandato constitucional, la impartición de justicia exige también interpretar atendiendo a los valores y principios inmersos en las normas. Esta importantísima labor, la realizamos como seres sociales, insertos en una cultura política, con diversos perfiles éticos, que se proyectan inevitablemente en nuestra labor. La diversidad entre quienes impartimos justicia, no sólo es inevitable, es deseable”.

Hubo más para el arbitrario presidente López: “Es sano y necesario ponderar la actividad de los jueces en virtud de las resoluciones que emiten, y nunca perder de vista la independencia judicial –la de los juzgadores y la de uno de los poderes constitutivos de la República. Una judicatura independiente es pilar de nuestra democracia. Es el legado que nos transmite nuestra ley fundamental”. AMLO ha pretendido vulnerar la independencia judicial, siempre bajo su lego criterio jurídico; ha querido imponer su inicuo criterio por sobre la justicia, sin respeto a los demás Poderes de la Federación. Continuó el delicado y duro discurso de 3 cuartillas; palabras para los oídos sordos de AMLO. “Tenemos la responsabilidad de preservarla y fortalecerla –la independencia judicial. De lo contrario, corremos el riesgo de mermar esa garantía en detrimento de las propias personas que nos demandan justicia”. Terminó la era del vergonzoso sometimiento de la SCJN bajo la administración del sinvergüenza Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. AMLO tiene que dirigirse a la ministra Piña Hernández con respeto que le merece al Poder Judicial. La nueva era exige respeto entre iguales. La ministra seguirá después de que se vaya López Obrador.

Para que quedara bien claro lo que significa la independencia judicial al titular del Poder Ejecutivo Federal, quien presidió la ceremonia, la ministra le volvió a recordar: “La independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectivas las libertades y la igualdad de las y los mexicanos. La independencia judicial es la principal garantía de imparcialidad del Poder Judicial, siempre, en beneficio de la sociedad”.

Como ley suprema, la Constitución es un inmenso y muy poderoso manto protector de certeza, de confianza, de seguridad, y sobre todo, de unión entre los mexicanos. Nos obliga a todas las autoridades, en el ámbito de nuestras competencias, a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y –muy destacadamente– progresividad.

¡Escucha AMLO! Parece que eso quiso decir la ministra: “Hoy les invito a que trabajemos, hombro con hombro, por el bien de nuestro país, para dar ejemplo de que en la unidad nacional, somos dignos herederos de nuestra historia”. Nada que López Obrador es el dueño de la Constitución, es un servidor como cualquier otro sujeto al Estado de Derecho. A trabajar unidos, fue el exhorto de Norma Piña.

Cerraría con broche de oro la señora ministra presidenta de la SCJN: “La Constitución es el pacto federal que nos permite superar nuestras diferencias y estar de acuerdo en lo fundamental, como lo expresara Mariano Otero. Es el centro de gravedad donde convergen los fines y los entramados institucionales para llegar a ser el México que podemos y debemos ser. De la Constitución emanan todas las leyes, en ella están plasmados nuestros derechos y libertades. En la Constitución está la organización y el funcionamiento de nuestra República. Nuestro compromiso con México es cumplirla y velar por su cumplimiento”. ¡El compromiso de AMLO es cumplir con la Constitución!







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