Los partidos políticos nacionales y estatales crearon los requisitos legales para la participación de las candidaturas independientes. Cada uno en su respectivo ámbito, a fin de cuentas, los legisladores pertenecían a los distintos partidos que conformaron la legislatura que aprobó esas figuras de participación y aquellos propusieron y aprobaron el Libro Séptimo de las Candidaturas Independientes en la Legipe.
Conscientes los políticos de haber creado reglas de competencia democrática en la lid electoral, por primera vez la ciudadanía se incorporó a la lucha por cargos de elección popular.
Todos los partidos, si bien abrieron las puertas a la ciudadanía para participar en la competencia electoral nacional, estatal y municipal, los legisladores lograron ponerse de acuerdo para complicarle a los ciudadanos sin militancia partidista la participación.
Muchos requisitos para acceder a una candidatura. En el fondo, tal vez haya un poco de razón, cerrar puertas a cualquier aventurero y que en alguna boleta aparecieran 100 candidatos o más. Seguramente eso los llevó a complicar la participación ciudadana.
Baste mencionar el requisito del apoyo del 1 o 2 por ciento de ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral, según la circunscripción en la que pretendan participar. Si la lista nominal ronda los 97 millones, se podrá imaginar el reto para aquellos que busquen una candidatura.
Para los partidos políticos, relativamente, no representa problema alguno, por eso han llevado a inútiles y corruptos pretendientes a cargos de elección popular. Un ejemplo de ello puede ser el senador José Félix Salgado Macedonio, acusado de violación, acoso sexual y más, situación que le impidió acceder a la candidatura a gobernador de Guerrero.
Lo interesante de todo, acorde a nuestro sistema de mayorías relativas y representación proporcional que tutela la Constitución y la Legipe, es que muchos acceden a cargos de elección popular con una votación risible, muy por debajo del 50% de los votantes de la lista nominal. Lamentable ejemplo el de Delfina Gómez, obtuvo triunfo para el gobierno del Estado de México con apenas con 3 millones 244 mil 412 votos, de una lista nominal de 12 millones 493 mil 764 electores. Ganó con menos del 30% del electorado. ¡Inconcebible! Gobernará con el respaldo de 3 de 10 mexiquenses. Así es el sistema de las mayorías relativas.
El registro de la militancia de todos los partidos políticos es raquítico, algunos a punto de la inanición. ¿Recuerda cuando el PRI le cedió votos al PT para que no perdiera el registro? Así de tramposos para seguir esquilmando el presupuesto público. Qué decir del “partido” Encuentro Social, que perdió el registro pero conserva senadores con la franquicia de un partido inexistente. Cobran como senadores y reciben prerrogativas como grupo parlamentario inexistente. Los beneficios de la democracia que arriban al presupuesto público.
Bien, sin el respaldo de la ciudadanía, electoralmente todos los partidos quedarían en ridículo; si no hubiese tantos candados para ciudadanos sin partido, se llevarían los triunfos en las urnas. En las urnas participan más electores sin partido que los militantes de los institutos políticos. De ahí que no se logre entender a los políticos que hablen a nombre del “pueblo”, cuando que la mayoría no los apoyó en las urnas.
AMLO es un claro ejemplo de la demagogia que abusa del supuesto respaldo del pueblo y que el pueblo lo mandata. ¿Cuál? Mucho menos del 50% del electorado votó por Andrés López Obrador; luego, ¿de qué presume? El abuso de la retórica; lo mismo hacen los demagogos de todos los partidos.
Con estos datos, no cabe la menor duda de que es tiempo de que los dirigentes de los partidos, sobre todo los del Frente Amplio por México, volteen hacia los ciudadanos sin partido. La sociedad está cansada de las mismas caras, los mismos candidatos que brincan de un cargo para otro y no sueltan el poder. Por eso el electorado los ha castigado, ya sea votando en contra por decepción, por abusivos, o simplemente gana el abstencionismo. MC quiere colgarse de esa teoría, aunque no le alcanza al mercenario de Dante Delgado Rannauro, más bien jugará como “bisagra”. ¿Quién ofrece más ventajas?
El electorado requiere de candidatos frescos, capaces, preparados, profesionales en su área, honestos, con ética; gente nueva que no se case con aberrantes negociaciones cupulares, erradicar el absurdo de la ignominia a la que los ha sometido el presidente López, con aquello de “no le mueven ni una coma a las iniciativas”.
Cierto, habrá buenos aspirantes a cargos de elección popular con militancia de partido, probos. Seguramente son los menos. El resto, esos miles de cargos que estarán en juego, deben ser para la ciudadanía, salvo que quieran volver a perder elecciones.
Los dirigentes, consejos o asambleas de los partidos políticos están obligados a ser meticulosos y seleccionar a candidatos sin partido, lanzar convocatorias para no caer en simulación o situación de ingobernabilidad. Forzosamente deberán ir de la mano de la ciudadanía, solos pierden.
Ese es el acuerdo y no se les ocurra dejar atrás o hacer a un lado a las organizaciones sociales, las cuales vienen siendo un factor importante de triunfo; claro ejemplo han sido las movilizaciones sociales a lo largo y ancho de la República Mexicana, ningún partido tiene esa capacidad de convocatoria; otrora el PRI que sigue yendo en declive en las preferencias electorales, qué decir del PRD que fue desmantelado por AMLO o las divisiones internas en el PAN, que lo debilitaron y llevaron a perder muchas elecciones.
La ciudadanía se cansó. Por esa razón, los hastiados e incautos voltearon hacia el mitómano, cuyas consecuencias han sido desastrosas. Los experimentos democráticos pueden ser mortales. El pueblo no es sabio como afirman los demagogos.
Conclusión. Es tiempo de las candidaturas ciudadanas, arropadas por los partidos políticos. Sobre todo si el Frente Amplio por México quiere ganar la mayoría de las elecciones que estarán en juego. Los aliancistas deben estar a la caza de perfiles ciudadanos ganadores. El tiempo sigue avanzando.
AMLO bien lo sabe. Por eso su esquizofrénico afán de reventar al frente y eliminar a Xóchitl Gálvez, quien ha sido cobijada por el PAN, ahora por el frente político. No olvidemos que Morena pudo acceder a muchos triunfos con candidatos ciudadanos, ahí están Lilly Téllez o Germán Martínez, entre otros, quienes terminaron el amasiato con la 4T.
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Jul 23
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