Se equivocó Santiago Creel Miranda. Hace apenas unos días dejó la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados para dedicarse de tiempo completo a su campaña para presidir el Frente Amplio por México. De pronto abandona la carrera y decide declinar en favor de Xóchitl Gálvez, quien encabeza las preferencias y simpatías de la mayoría. Erró en sus cálculos políticos.
Bien que haya desistido Creel, no tenía posibilidades de ganar la competencia; tanto Xóchitl como Beatriz, estadísticamente le aventajaban por un buen porcentaje.
Pero, ¿declinar a favor de..? Eso no está previsto en los acuerdos del Frente Amplio. Simple posición política, supuesta benevolencia de Santiago. De forma práctica fue lo mejor que pudo hacer desde un principio, no tenía posibilidad alguna, así como la treintena que pretendía lo mismo y no alcanzó la primera vuelta. La promoción mediática, solo eso.
El fondo, la meta del FAM, vencer al aparato de Estado montado por el presidente de la República. AMLO quiere quedarse con el triunfo electoral en 2024, a pesar de los delitos que comete.
¿Tiene posibilidades de ganar las elecciones el FAM? ¡Por supuesto que sí! Al menos dos requisitos fundamentales para lograr el objetivo. La unidad entre todos los componentes del frente y lanzar la mejor opción política para alcanzar el triunfo electoral.
Después de haber arrancado una treintena de aspirantes al presidir el frente, solo quedaron dos como finalistas. Xóchitl y Beatriz, Beatriz y Xóchitl.
¿Cuál de ellas es la mejor opción para la competencia electoral?
Hasta hoy todo indica que la más competitiva será la senadora Xóchitl Gálvez. Si bien la de mayor experiencia en el arte de la gobernanza es Beatriz Paredez, no resulta electoralmente la más atractiva. Mercadológicamente no es buen producto publicitario, no se vende. Lo opuesto con Gálvez, quien por su carácter alegre y dicharachera resultó un producto comercial más atractivo, por eso encabeza todas las encuestas.
El PRI y la senadora Beatriz Paredes deberán aceptar, en su momento, la derrota electoral y dejar pasar a Xóchitl; apoyar a Gálvez como la persona que deberá sumar todos los esfuerzos del frente, y en su momento, la coalición electoral y política.
PAN, PRI, PRD y sociedad organizada, integrantes del Frente Amplio por México, tienen la obligación de fortalecer la unidad.
Los simpatizantes, así como la militancia de los tres partidos, deberán sumarse al triunfo del frente y apoyar sin condiciones a quien encabezará el movimiento político. Despejarse de cualquier prejuicio. No es sencillo acomodar en una misma canasta a quienes otrora y por muchos años han sido, entre ellos, oposición político-electoral. Irán juntos por el premio mayor. Nada sencillo en la práctica, tampoco imposible si de salvar la Patria se trata.
Solos, ninguno de los institutos políticos que forma el frente tiene la menor posibilidad de lograr el triunfo electoral en 2024. Tampoco pueden alcanzar el objetivo alejados de la sociedad. Juntos, unidos todos, la perspectiva es otra. Con una candidata competitiva, atractiva, inteligente, vendible electoral y mediáticamente, las posibilidades de conseguir ganarle al aparato de Estado se multiplican.
La senadora Xóchitl Gálvez, acostumbrada a no depender de nadie, como lo ha confesado, esta vez tendrá que subordinarse a los acuerdos de los partidos y la sociedad organizada: es el frente el que organiza y decide. Sin duda que las opiniones de la senadora serán importantes, pero no definitorias.
Los partidos y sus dirigentes, acostumbrados a decidir las candidaturas unilateralmente, esta vez tendrán que ir unidos.
Una vez resuelto el problema mayor, vendrán los detalles.
Xóchitl ya empieza a repartir cargos en lo que, dice, será su equipo. No debe perder de vista que las partes se necesitarán y ella por sí no puede ni podrá decidir lo que le parezca mejor; no, estará subordinada al convenio suscrito por el frente y al que posteriormente firmen para consolidar la coalición electoral, más el convenio que conlleve la formación de un gobierno de coalición.
A Xóchitl se le ubica como panista por los cargos que ha ocupado y las posiciones político-electorales; sin embargo, ella se sigue manifestando independiente. Su cercanía la identifica con el PAN, mas no es militante de ese partido. Así que el frente tendrá a una ciudadana, lo que hace más atractivo el juego. Tres partidos apoyando a una ciudadana sin estar afiliada a ninguno de ellos. ¡Inédito!
Xóchitl Gálvez debe superarse a sí misma, sin perder su atractivo, conservar la personalidad que ha resultado el antídoto para combatir el aparato de Estado montado por el presidente López Obrador, así como a todas sus “corcholatas”. El ingenio y la respuesta rápida de Xóchitl, inesperadamente han doblado al presidente.
La estrategia para coordinar una campaña presidencial, en su momento, no es nada fácil, la senadora deberá entenderlo y aceptarlo. El marketing político de Xóchitl, es ella misma, es buen producto.
Solo falta que las ambiciones políticas de los dirigentes de los tres partidos logren armonizarse. Ninguno es propietario de Xóchitl Gálvez y esta dejará el discurso de su independencia. En los sucesivo todas las partes del componente político son indispensables. La armonía en la toma de los acuerdos: premisa fundamental.
Todo indica que el asunto electivo ya se resolvió en el Frente Amplio por México. Xóchitl Gálvez, será quien encabece los esfuerzos de la oposición.
La sincronía en el funcionamiento del Frente será fundamental. Xóchitl no será el Frente, lo encabezará, será la garantía del triunfo. Falta mucho y la aspirante debe “pulirse”. La simbiosis debe funcionar al 100%.
Ninguno debe olvidar que el aparato de Estado y la coadyuvancia del nuevo INE de Guadalupe Taddei, trabajan en contra del Frente y su coordinadora, quien a partir del 3 de septiembre arribará a la odisea más grande, vencer al tirano y déspota que no cesa en su intento en prorrogar su mandato utilizando todas las artimañas en contra de la oposición.
Algo debe quedar claro. Está en juego de perderse la democracia y las libertades, el riesgo de caer en el precipicio de la obscuridad que significa el socialismo, acostumbrado a cercenar las aspiraciones de un pueblo, para sumirlo en la mediocridad y el fracaso.
Los ejemplos están muy claros en los regímenes de gobiernos represores de Cuba, Nicaragua, Venezuela, por citar algunos. Ningún mexicano querrá vivir la terrible y desastrosa experiencia de caer en las garras de los trasnochados socialistas que enaltecen la lucha de clases como su principal arma política, la cual termina subyugando a un pueblo: todos igual de depauperados.
Odian la superación personal y se subliman en la pobreza, pero del pueblo, no de los gobernantes. Esa es su verdadera doctrina: empobrecer al pueblo.
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Ago 23
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