UAQ: Mención honorífica para Ezequiel Fabricio Barolin, estudiante de Maestría en la Facultad de Filosofía

#Experiencia

Oriundo de la Provincia Corrientes, ubicada en la parte noreste de Argentina, región que limita con Uruguay, Brasil y Paraguay y que se caracteriza por su diversidad e influencia indígena, Ezequiel Fabricio Barolin, hoy maestro en Estudios Históricos por la Facultad de Filosofía (FFi), de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), da cuenta de su experiencia académica a lo largo de dos años en México.

Ezequiel es egresado de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad Nacional de Rosario en Argentina, donde realizó sus estudios de Licenciatura en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas e Historia. En 2018 viajó a la ciudad de Querétaro para realizar estudios de maestría en la FFi de la UAQ y es en enero de este año que defiende su tesis: “México en la OEA. La Participación Mexicana en las Crisis Político–Institucionales Interamericanas de Guatemala, Cuba y República Dominicana 1947-1965”, al participar en el “Premio Genaro Estrada 2021”, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno Federal, recibiendo mención honorífica por su excelente trabajo de investigación.

El menor de cinco hermanos, dos mujeres y tres hombres, narró que durante su estancia en Querétaro recibió siempre muestras de apoyo para el desarrollo de su proyecto de tesis, el cual integró elementos históricos y de relaciones internacionales, así como aspectos teóricos y prácticos, desde donde se analizan tres crisis puntuales como: la de Guatemala en 1954, la de Cuba en 1959 y la de República Dominicana, que tiene que ver con la intervención de Estados Unidos de manera directa en la isla.

Dijo sentirse contento y satisfecho por el valor a su esfuerzo por parte de su familia y amigos, con quienes comparte dicho reconocimiento, el cual es un escalón más para su desarrollo personal y académico.

“Me he sentido muy querido con las muestras de afecto y el reconocimiento de mis seres más cercanos. Para mí es lo que me llena de satisfacción, sobre todo considerando que mi familia se encuentra en Argentina y que por la distancia no me es posible compartir junto a ellos”, dijo.

Agregó que su plan de tesis fue producto del interés personal por desarrollar sus áreas de formación académica, ya que durante sus investigaciones venía analizando conceptos relacionados con diversas crisis presidenciales, en las que la inestabilidad política regional es una constante desde un aspecto contemporáneo. Es decir, visualizar las crisis presidenciales desde un contexto histórico, aplicando conceptos de relaciones internacionales y de ciencia política.

“Creo que la Universidad Autónoma de Querétaro tiene una característica fundamental, que es la calidez que rodea, tanto a los alumnos que están en ella, con su sentido de pertenencia e identidad, como a los distintos miembros que trabajan ahí, ya sea como docentes o desde cualquier espacio donde cada cual se desempeña. Se siente siempre la cercanía entre el alumno y los demás participantes de la UAQ”, señaló Ezequiel, luego de reiterar su beneplácito por ser parte del alumnado de esta Institución.

“Agradezco muy en especial a la doctora Cecilia Landa Fonseca, que falleció este año y quien fue una gran impulsora y un gran apoyo para la culminación de este esfuerzo y quien, pese a su enfermedad, estuvo presente como sinodal. Es una persona a quien llegue a estimar de manera significativa, ya que siempre me brindo su cariño y apoyo, no solo en cuestiones académicas sino también en las personales. En conjunto, una persona que estará siempre en mi corazón”, afirmó.

Y agregó: “Así también a la doctora Margarita Espinosa Blas, mi directora de tesis, quien siempre fue paciente y abierta, con recomendaciones muy justas y pertinentes”, al tiempo de recomendar a todos quienes se encuentran recibiendo cátedra en la Máxima Casa de Estudios queretana, disfrutar cada momento y cada experiencia relacionada con la academia, que no sea percibido como una carga o presión, ya que esto lleva a perder el sentido de lo que se hace.

“Creo que fui una persona que, a pesar de las presiones que pueden existir derivado del trabajo, los plazos y tiempos de entrega, siempre traté de disfrutar de todo ello. A mí me gusta mucho la investigación y creo que ese es el secreto para acabar con una mente más o menos sana. Si uno no termina disfrutando lo que hace, termina frustrado o abandonando los proyectos”, finalizó.






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