Este fin de semana resultó muy movido para las denominadas “corcholatas” en la capital queretana.

Por un lado, el equipo del canciller Marcelo Ebrard organizó un evento denominado “Continuidad con cambio”, el cual estuvo encabezado por el encargado de despacho de la Fiscalía del Estado de Hidalgo, Santiago Nieto Castillo; y por otro lado, el equipo de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hizo lo propio bajo el nombre “Todos con Claudia” en la delegación Santa Rosa Jáuregui.

Dicho lo anterior y sin ánimo de causar agravio, lo único que resulta interesante para el análisis es la conformación que están teniendo ambos grupos en el estado. Quién llevó más matracas, coreó los mejores vítores o acarreo más vulgo, es parte del folclore intrínseco a cualquier acto político sea del partido que sea, por lo que resulta sumamente fútil ahondar en el tema.

Pues bien, respecto al grupo que se conjuntó en torno a Ebrard, el único que merece la pena señalar aparte del sanjuanense Nieto Castillo, es el diputado local, Juan José Jiménez Yáñez. Y no es por su convocatoria o empuje, no se confunda; en votos ha demostrado ser él y su alma. Es más bien lo que me lleva a escribir de él, la ficción que se ha encargado de construir y difundir ante propios y no tan extraños, consistente en la presunta cercanía con el gobernador del estado, misma que, según él, lo pone como el “preferido” de Kuri González al Senado de la República por Morena.

La verdad es que me niego a creerlo, aunque dicen por ahí que “en política, forma es fondo”, por lo que no podemos “hacernos de la vista gorda” ante el hecho notorio de que el evento se realizó en instalaciones propiedad de gobierno del estado y fueron proferidas las facilidades que conlleva, lo cual de alguna manera vendría a fortalecer el relato del legislador, aun cuando se tratara solo de una denominada “cortesía política”.

Sin embargo, habrá que ver cómo se reporta el evento ante el INE por parte de los “ebrardistas”, y si lo niegan, habrá que ver quién pagó la renta del espacio; a menos, claro, que se confirmase el dicho del “larguirucho tribuno” y este haya sido otorgado gratis como lo dijo ante algunos incautos asistentes.

Por otro lado, en el evento de los “claudistas” se vio una vez más al diputado local y también dirigente del Partido Verde, Ricardo Astudillo Suárez, a quien –dicen– se debió la organización, así como al senador Gilberto Herrera Ruiz, pues el proyecto de la jefa de Gobierno los une y se han vuelto un clásico en sus eventos. Sin embargo, la presencia que sí llamó la atención y no podemos dejar de tomar en cuenta, es la del secretario general del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, Alejandro Pérez Ibarra, por lo que en formas representa, ya que dicho sea de paso, mientras que en el evento de Ebrard el “presidium” estuvo integrado por rancios activistas y anacrónicos expriistas disfrazados bajo membretes de asociaciones civiles integradas por ellos, dirigidas por ellos y representadas también por ellos.

En el evento de Sheinbaum Pardo se dio cita una autoridad partidista a la que no le “temblaron las chichis” para declarar sus simpatías.

“El que no ve las señales, se sorprende en la tormenta”.

Ni de aquí ni de allá

Quien parece andar, como dicen vulgarmente, “a las cachadas” es el polémico José Alejandro Ochoa Valencia, pues así como declara su amor y acarrea gente para Claudia Sheinbaum, también lo hace para Marcelo Ebrard, y a como van las cosas, si surge algún evento de Adán Augusto en el estado, también veremos la presencia de Ochoa acarreando “sombrerudos y Marías” para tomarse la foto y estrechar la mano del candidato al más viejo estilo del partido tricolor, ese que nunca ha salido de su corazón y que le enseñó como movilizar para ganar consejerías en una elección ramplona y facilona.

Hoy me pregunto: ¿Qué dirán aquellos que decían que lo tenían “controlado”?

“Siempre hay que estar en el ajo, pero de tanto sacudirlo a veces se desgrana”.

Se los dije

Como le había venido diciendo, habría renovación en el Poder Judicial del Estado y así fue; pero el nombramiento del magistrado Raúl Manríquez Huerta no será el único, ya que vienen dos jubilaciones más y con ellas dos nombramientos. Y como le adelanté y se cumplió, el ungido y las que siguen vienen de otra veta menos agreste y rasposa que a la que nos tenían acostumbrados el sexenio pasado.

Por cierto, cuentan que por los rumbos de Centro Sur se oyeron los lamentos de un conocido leguleyo que tiene sucursal en la esquina de una terraza de conocido café de postín, luego de no ser electo a pesar de las promesas que le habían empeñado.

A ver si ya entienden que esto ya cambió y la ventanilla de solicitudes también.

“Tonto el que no entienda”.

Lenguas viperinas

Cuentan que quien se ha encargado de difundir la falacia del panismo de Santiago Nieto Castillo es cierto tribuno patilargo, a recomendación de cierto asesor arranciado de gobierno del estado, “quesque pa’ quitarlo del camino”.

“Perro que le da por comer huevos, aunque le quemen el hocico”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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