Como usted recordará, en días pasados asumió la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso del Estado la diputada María Concepción Herrera Martínez, mejor conocida como Connie Herrera.

Le cuento: A pesar de que ciertas diputadas se rasgan las vestiduras con el discurso pro mujer, esto es solo donde se ve o de “dientes para afuera”, pues resulta que de los 8 votos en contra de la presidencia de Herrera Martínez, el 50 por ciento fue emitido por mujeres. Laura Patricia Polo, Paloma Arce, Martha Fabiola Larrondo y otra señora de cuyo nombre no me quiero acordar, le recetaron por cédula su rechazo a la “serranita”. Paridad de género, ¡por supuesto!

Discursos oímos, filias no sabemos.

Dolores del “activismo”

Luego de que la Legislatura del estado votó las reformas al Código Penal local, que aunque se votaron en la misma sesión que las medidas extraordinarias por contingencia no son lo mismo, los activistas de siempre y de todo no se hicieron esperar con sus sesudos comentarios y “efectivos planes de acción”, pues consideran un atentado a la libertad de expresión el que se busque sancionar a quien de manera arbitraria pare una obra pública.

Lo que olvidan estos amables ciudadanos es que esas obras las pagamos todos, tienen apariencia de buena fe y revisten un beneficio social, por lo que es absurdo que grupúsculos, a veces de no más de una decena, afecten a la mayoría.

El espíritu de la norma es claro, hace evidente el interés del legislador por proteger un bien superior. Quizá la molestia de algunos activistas radica en el quebranto al negocio político o económico que representa la protesta. Si no me cree, pregúntele a la diputada Martha Fabiola Larrondo, a quien cerrar la calle de Madero, atar viejitos a máquinas de construcción y una descalabrada marital le valieron su posición; y dicho sea de paso, votó a favor de la reforma.

No se confunda, querido lector, si usted no anda de revoltoso no tiene de qué preocuparse, siga disfrutando de su cuarentena, lea cosas mejores que estas y sea feliz.

El problema del activismo es que todos, son todo.

De votos y derechos humanos

No cabe la menor duda, “la desinformación es la otra pandemia”, como dice el señor presidente, pues ahora resulta que el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, adscrito a la Secretaría de Gobernación, tiene facultades para declarar la “inconstitucionalidad de una norma estatal”. Al menos así lo hizo ver y sentir en más de algún ingenuo don Alejandro Encinas Rodríguez. No me extraña, es político y economista.

Sin embargo, no deja de ser una declaración irresponsable que atenta contra la soberanía del estado y sus poderes. Seguramente el santo señor no sabe que la fracción de su partido, a excepción del “Contreras” de siempre, Néstor Domínguez, votó a favor de las reformas y medidas, además de desconocer que la única instancia que puede declarar la inconstitucionalidad de las multicitadas normas es la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de un procedimiento de “Controversia constitucional”, que no es lo mismo que un “Juicio de Amparo”, y que dicho mecanismo solo puede ser impulsado por órganos del estado.

La pregunta obligada es: ¿Quién le va a entrar? Le aseguro que nadie y todo quedará en politiquería barata, como todo lo que sale de Morena Querétaro.

Leyes hetero aplicativas; busque usted el término.

Lenguas viperinas

Cuentan que el expresidente municipal Marcos Aguilar Vega no emigrará del blanquiazul como venían repitiendo, pues su futuro sigue y seguirá en los rumbos de San Lázaro.

Tiempo al tiempo…

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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