[Me Lleva el Diablo] Agua escasa en Querétaro: problema demográfico, y político entre el PAN y Morena

En Querétaro el agua es un recurso extremadamente limitado; hay una sobreexplotación del vital liquido y el tema es ya un problema de seguridad pública, social, y por supuesto que es un tema político, que confronta dos visiones del uso hídrico: el del PAN, que propone llevar el agua a más desarrollos inmobiliarios y concesionar el servicio, y el de Morena, que desde el Senado Gilberto Herrera pone énfasis en el acceso al agua como un derecho humano.

No lo decimos al aire o por alarmismo, no, viene en el informe ambiental, donde se expone que el agua representa un reto importante para la planeación de un desarrollo sustentable en la entidad, lo que indica que los principales desafíos son las altas tasas de inmigración a la zona metropolitana y las repercusiones económicas y sociales que esto representa, como la garantía de una buena calidad de vida y el acceso a la vivienda y a los bienes y servicios públicos, así como privados.

Eso, por un lado, mientras que para muchos es la sobreexplotación el verdadero problema de la escasez del agua. Ambientalistas señalan que el problema real en materia de agua en el estado es la sobreexplotación de los mantos freáticos; consideran que más que nuevos proyectos de explotación del agua, se deben aplicar políticas de ahorro, y otros ambientalistas señalaron que, por ello, por la falta de una cultura del cuidado del agua, por el desarrollo inmobiliario, el proyecto Acueducto III impulsado por el gobierno estatal no resolverá el problema del agua de Querétaro.

En la entidad el problema del deterioro del medio ambiente es grave por muchas razones, pero principalmente por la avaricia de los desarrolladores inmobiliarios que son apoyados e impulsados desde el gobierno estatal y municipal, y las principales causas de la degradación del suelo son la erosión, la contaminación y su eliminación para satisfacer los requerimientos del crecimiento urbano e industrial.

El colectivo Bajo Tierra Museo del Agua identificó en su estudio “Acaparamiento de lo público y mercantilización de lo común”, alrededor de 22 organismos privados, operadores de agua en Querétaro, que “están asociados a compañías inmobiliarias, cuyos fraccionamientos, desarrollos industriales y centros comerciales son los beneficiarios exclusivos del abastecimiento”.

En nuestra entidad, más de 30 mil metros cúbicos de agua son administrados por los concesionarios y solo mil son para la población en general.

En el estado de Querétaro existen 179 pozos sin concesión, que operan ilegalmente, por lo que los definió como huachicoleros del agua. También denunció que la venta del líquido en pipas es el gran negocio de los organismos privados operadores.

Con información generada por la Dirección General de Geografía y medio ambiente del Inegi, se sabe que el 60 por ciento del suelo de Querétaro presenta diferentes grados de erosión, principalmente hídrica.

Algunas de las causas y efectos del deterioro existente en el estado es la cantidad de personas que hay y que se proyecta que habrá en un futuro.

Llegan más de 40 familias diarias a la entidad en busca de mejores oportunidades que no encuentran en su lugar de origen: llegan, se adueñan de los suelos, del agua y del poder público, porque cumplen la máxima de que nadie es profeta en su tierra, y por eso Querétaro ha crecido en las últimas décadas de la mano y ambición de muchos “políticos” avenidos a Querétaro que no tienen escrúpulos.

Es verdad, los queretanos de origen somos ya menos, pero los de fuera que ya son queretanos no asumen su identidad y aunque maman de aquí, reniegan de la entidad y están terminando con el estado, con la tierra y el agua, claro, con la complicidad de muchas familias “tradicionales”, de las de “antes”, de “abolengo” oriundas de Querétaro.

En Querétaro, el agua es un recurso extremadamente limitado; por ello, para satisfacer el negocio inmobiliario desde hace dos décadas, se tiene que recurrir a otras fuentes para traer el líquido vital al territorio queretano.

La cantaleta, las promesas son siempre las mismas desde gobiernos anteriores, se viene prometiendo agua para la entidad para los próximos 100 años; la realidad es que solo han hecho negocio con ello, como con el Acueducto II que fue concesionado a una empresa privada sin que la ciudadanía supiera, y nos dimos cuenta por el descuido del titular de la CEA que en un boletín de prensa nos informó de ello.

Puro negocio a costa el erario estatal, desde la época de Enrique Burgos, pero principalmente con Paco Garrido y los gobernadores que le siguieron, eso sí muy cristianos que provienen del sector inmobiliario, desde la época de Juriquilla y luego El Campanario, Milenio, que tienen a modo a presidentes municipales, diputados, regidores y todo lo que se acumule políticamente hablando.

La cantaleta nos lleva a decirle que junto con la sobreexplotación el gran problema del agua son las fugas, el desperdicio del vital líquido.

La CEA debería atender las múltiples fugas que padece el sistema hídrico. El propio titular de la comisión, Luis Vega, ha reconocido que hasta el 40 por ciento del agua se pierde en fugas y en tomas clandestinas. Cada mes promedian mil reportes por fugas. Desde hace años, las autoridades hablan de nueva tecnología para reparar tuberías, pero nada se ha hecho.

Pero no hacen nada, es más fácil ignorarlo y nadar de a muertito y mejor se concentran en el negocio, digo, en nuevos proyectos.

Ahora viene el Acueducto III, que promete agua por los próximos 50 años, más los 100 que dijo Garrido en su momento, pues estamos nadando en la irrealidad, porque según la Conagua, solo dos de los nueve acuíferos en la entidad tienen agua disponible.

Para documentar nuestro optimismo les diremos que la Conagua clausuró el año pasado 57 pozos de agua que eran explotados para actividades distintas a las autorizadas. La mayoría de ellos fueron tramitados para fines agrícolas; sin embargo, se verificó que los concesionarios usaron los pozos para actividades industriale, y de servicios públicos o urbanos. La dependencia federal indicó que existe un padrón de más de 6 mil concesionarios en el estado; tan solo en el último año autorizó 400 permisos para la perforación de nuevos pozos.

El Acueducto III, que costará unos 6 mil u 8 mil millones de pesos –para empezar– y pretende garantizar a los queretanos agua por 50 años, trayendo de Zimapán 3 mil metros cúbicos de agua por segundo, según el indiscreto Luis Alberto Vega Ricoy, vocal ejecutivo de la CEA.

Lo que no dice el vocal ejecutivo de la CEA es que el agua es para dársela, traérsela a los desarrolladores de vivienda, porque en Querétaro hay una demanda potencial de 35 mil 377 viviendas, de las cuales 636% corresponden al municipio de Querétaro, 16.6% al municipio de El Marqués, 11% en San Juan del Río y 4.2% en Corregidora.

Lo anterior se desprende del reporte sobre la demanda potencial de vivienda en el estado, revelado por el Infonavit.

Además, la oferta de vivienda nueva en Querétaro suma más de 200 proyectos activos; de estos, el 43% corresponde al segmento residencial, con un valor en el mercado de 3.9 a 7.8 millones de pesos, de acuerdo con el estudio Perspectivas del Sector Inmobiliario en Querétaro y Zona Metropolitana, a cargo de la empresa de Valuación y Consultoría Inmobiliaria, Tinsa.

De los proyectos citados, un total de 104 se tienen en el segmento residencial, 92 en vivienda media, seguido de 38 en casa social y seis más en el área residencial plus.

Mientras los desarrolladores inmobiliarios se ahogan en la opulencia financiera, en la entidad hay cientos de asentamientos irregulares, con cientos de miles de familias que no tienen agua o se la racionan y se les cobra a precio de oro: tan solo en el municipio de Corregidora hay 47 desarrollos o asentamientos que son tachados de irregulares, muchos de ellos son desarrollos inmobiliarios que obtienen su licencia de construcción y su permiso de toma de agua del mismo municipio y de la CEA que luego no los recibe, y deja en el limbo a los ciudadanos.

Eso sí, irregulares o no, todos estos proyectos y desarrollos requieren agua; agua que los empresarios prometen y que el gobierno se las otorga gratis, porque los usuarios somos los que pagamos toda la infraestructura, la inversión para llevar el agua a esos desarrollos.

Tal vez por ello hay otra visión del uso del agua que viene por parte del senador Gilberto Herrera, que convocó a un parlamento abierto, donde expuso que trabaja en una Ley de Aguas que, si se aprueba a nivel federal, obligaría al estado a armonizar la legislación local.

Esto, obvio, no conviene a las empresas concesionarias porque limitaría su negocio.

Entonces el futuro de Querétaro sí esta en las urnas, pero está principalmente en la visión del uso del agua, y esa visión es técnica, social y política, aunque se diga que el tema del agua no se debe politizar, igual se dice del de seguridad y mire, ya hasta ponen al exsecretario de Gobierno, Juan Martín Granados Torres como relevo en la Fiscalía del Estado.

Pero regresando al tema del agua, en ese tema se verán, se ven la cara el PAN y Morena, y en medio la ciudadanía que votará en 2024.







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