#Salud
Zumbidos en el oído o escuchar constantemente ruidos que no existen, puede ser tinnitus o acúfeno, un síntoma de daño en el canal auditivo o consecuencia de otra enfermedad como hipertensión, colesterol y triglicéridos, o de un simple tapón de cerilla.
Esta condición que se presentaba solamente en personas de entre 60, 70 o más años, ahora se está reportando cada vez más en gente joven debido al uso de audífonos que van dentro del oído y por el alto volumen con que escuchan música u otros audios.
“En los últimos años hemos visto que esta patología que veíamos como crónica degenerativa en gente mayor, se está viendo a partir de los 20 años y eso tiene mucho que ver con la llegada de earfhones que van adentro del conducto auditivo externo y tienen más impacto en el nervio auditivo que los audífonos que cubrían todo el oído”, señaló la otorrinolaringóloga, Montserrat Reyes Millán.
La persona con tinnitus escucha constantemente ruidos que no existen en el medio ambiente, pero si dentro de su cabeza y en ocasiones son tan intensos que lo incapacitan para llevar a cabo su trabajo, sus actividades cotidianas e incluso para poder dormir, detalló la especialista de consulta privada.
Es como si siempre estuviera encendido un aparato electrodoméstico, y, cuando el problema se vuelve crónico al no responder a medicamentos que resuelvan el origen, la mejor terapia consiste en escuchar ruido blanco, similar al que hace la televisión cuando se queda sin señal.
“Actualmente lo que se estudia son otras alternativas que tiene que ver con retroalimentación del propio organismo, técnicas de relajación, sonidos de la naturaleza o ruido blanco que es el que conocemos cuando la televisión no tiene señal y que incluso se usa para dormir a los bebés”, detalló.
Con estas terapias se busca reeducar al oído para no prestarle atención al sonido del acúfeno, haciendo que el cerebro aprenda a ignorar el ruido que se escucha al interior y que la persona pueda descansar o seguir con sus actividades.
El estrés es otro factor que incrementa la intensidad de los ruidos que se escuchan y en las actividades que requieren de concentración, como son leer, estudiar, meditar, trabajos manuales y otras que se desarrollan en ambientes tranquilos y en silencio, se ven afectadas por este síntoma.
Este malestar está asociado a cuadros de depresión porque quien lo tiene no puede descansar de manera correcta y siempre está alterada la percepción del sonido, se desespera al no poner llevar una vida normal y baja su autoestima.
Reyes Millán, destacó la importancia de acudir al médico en cuanto se presentan los primeros signos para recibir tratamiento, porque hasta 5 por ciento puede tener acufeno incapacitante, y en algunos casos disminuye la audición o se llega a la sordera.
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