[Tras la Verdad] Balde de agua para López, la marcha a favor de la Corte

Como balde de agua fría cayó sobre la cabeza del presidente López la marcha ciudadana en favor de los ministros, la SCJN y el Inai.

Como es costumbre, el desquite del presidente en el púlpito de la mañanera. Habló de un “golpe de Estado técnico” en su contra por parte de los ministros. Sufre de arritmia cardiaca o de un golpe de calor. Andrés sufre de estrés.

Y todo porque los manifestantes echaron de las afueras de las oficinas de la Corte, a los lacayos de siempre, un par de “adolescentes” de la tercera edad que solo se dedican a gritonear como voceros del presidente, alardean las consignas de la mañanera.

A sus 70 años, López Obrador sufre de demencia senil. De los miles de manifestantes que marcharon en su contra, AMLO apenas alcanzó a contar tres mil, a lo mucho, aseguró en su mañanera. Cuando en realidad superaban los 50 mil; los manifestantes llenaban calles y calles hasta llegar al Zócalo capitalino, más aquellos que marcharon en una docena de estados de la República.

La mitomanía es el arte del engaño del presidente. Las imágenes no mienten, él sí. No fueron como 3 mil los manifestantes, fueron muchos, muchos más.

La locuacidad presidencial al extremo. Y todo porque los ministros le han dado palo a sus actos arbitrarios e inconstitucionales. López asegura que están en contra de su gobierno ya que le impiden realizar sus obras y él tiene el derecho de realizarlas en beneficio del “pueblo”. Lo que al parecer no sabe el presidente, que aún él debe cumplir con la Constitución y las leyes; no es reyezuelo de la Edad Media. ¿Le afectó vivir en el Palacio de la Edad Media? que puede hacer lo que le place violando el Estado de Derecho.

AMLO se resiste a obedecer y cumplir con el marco legal. Bajo el supuesto poder del “pueblo” ha querido gobernar sin que nadie se interponga en su camino. Y así ha destruido cientos de hectáreas de selva, tirado árboles por miles, destruido manglares, derruido obras como la del aeropuerto de Texcoco; todo por cumplir sus caprichos. ¿Y la ley? Esa no existe en su senil y malvado cerebro.

Así ha emitido sus apócrifos “decretazos”. Notoriamente violatorios del Estado de Derecho. Por ello los ministros, a instancias de aquellos que acuden a pedir justicia, decretan la inconstitucionalidad de sus trapacerías.

Ya van muchas y sigue sin entender. Una tras otra y de todo se queja como “plañidera” de velorio.

Los discursos lastimeros del presidente en sus conferencias de prensa matutina. Ayer afirmó que la suspensión definitiva para frenar el desmonte en varios tramos de la construcción del Tren Maya y que trascendió el pasado fin de semana, dijo el “plañidero” de López, que solo tiene como objetivo parar las obras que realiza el gobierno federal. ¡Mentira!

También aseguró que “van a seguir queriendo parar las obras, pero no van a poder, porque de acuerdo a la Constitución tenemos nosotros el derecho de hacer obras en beneficio del pueblo”. Eso se llama desacato y constituye un delito. Resistencia. ¿Lo mismo hará cuando pierda las elecciones de 2024?

López Obrador no quiere sujetarse a las normas, al cumplimiento de las mismas. Se rebela de forma absurda y delincuencial. No le importa lo que resuelvan las autoridades judiciales. Debe entender que tiene la obligación de hacer bien las cosas, que gobernar no es nada simple, como lo aseguró en alguna ocasión; gobernar requiere conocimiento y experticia en los temas, conocimiento; para suplir su ignorancia tiene secretarios de estado, asesores; pero no, él prefiere violar leyes y cumplir su dañada voluntad: para eso tiene al ejército. Esa conducta se llama tiranía.

Los ministros le enmiendan la plana. No le prohíben hacer nada, simplemente que subordine sus actos arbitrarios al cumplimiento de la ley.

Ni para vocero de su mismo gobierno sirve López Obrador. Se la pasa lloriqueando y quejándose de todo. Los ministros no están para prohibirle gobernar, eso es una falacia. Los ministros cuidan que se cumpla en rigor con los actos constitucionales por parte de todas las autoridades, acorde a sus atribuciones constitucionales y legales; y las atribuciones constitucionales le obligan al mismo presidente a subordinarse a la Constitución.

Al trabajo de la SCJN le llama “golpe de estado técnico”. ¡Ah, bárbaro sinvergüenza!

No cabe duda que el apoyo de miles de ciudadanos, esta vez en favor de los ministros, de la SCJN y del INAI, que se diera el pasado domingo en varios estados de la República Mexicana, le indigestó al presidente, le cayó como “balde de agua fría”. ¿Hará otra contramarcha?

Inconcebible que de voz del mismo presidente de la República, anuncie que no cumplirá con las sentencias judiciales que le obliguen a cumplir con el marco constitucional y legal. Y luego se queja que la oposición lo quiera desaforar por actitudes rebeldes y delincuenciales. Sí, presidente, la ley es la ley y debe cumplirla.

No en balde la senadora Lilly Téllez, aspirante a candidata a la Presidencia, advierte que de llegar a la Presidencia de la República, metería a la cárcel a López Obrador. Es mentiroso y altamente peligroso; es un delincuente, sufre de estrés Andrés, dijo la senadora.

No dejará el “plañidero” de López de quejarse y acusar a otros de sus ineptitudes y acciones delincuenciales.

Ahora resulta que los ministros quieren darle un “golpe de estado técnico”. No lo dejan trabajar, asegura el insurrecto. Cuando que lleva más de 4 años gobernando con la hoz y el martillo destruyendo a México.







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