En la tediosa, aburrida y maratónica conferencia mañanera de ayer lunes, López Obrador aseguró que Yasmín Esquivel Mossa no es su candidata a presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que eso lo suponen sus oponentes.

Lugo, como clase de aquellos profesores bastante retrasados, casi en cámara lenta, pretendió explicar que él no interviene en la elección del presidente de la SCJN, que son los 11 ministros, solo ellos deciden.

Ah, pero AMLO sí aceptó que la ministra Esquivel ha sido muy consecuente con sus iniciativas; tanto ella como Loretta Ortiz, ambas propuestas por el presidente López. Las dos han apoyado sus iniciativas en la Corte, al respaldar la transformación del país. AMLO raya en la desvergüenza, es un sardónico.

Para el 3 de enero deberán haber elegido a la o al ministro que presidirá la SCJN. La UNAM no le dará gusto a López de resolver en esta misma semana.

Insistiría en que Esquivel es una mujer que está de acuerdo con la transformación del país. ¿Cuál transformación? ¿La ministra está de acuerdo en destrucción de instituciones y en negar medicamentos a los niños con cáncer? ¿Yasmín acepta que haya aumentado la pobreza en México? La esposa del millonario y consentido contratista de la 4T, José María Riobóo, y burócrata de alto nivel apoya la transformación de la destrucción de la Nación. ¡Es consecuente!

Sin mencionar nombre, el presidente López se lanzó en contra de quien no quiere que presida la SCJN, al señalar que los conservadores quieren al “ministro más rico de todos”, a ese quieren de presidente, insistió Andrés López. Y aun así niega que Yasmín sea su candidata.

Luego volvería a entrometerse en temas que no le competen, dada su costumbre de invadir esferas de otras autoridades. Así que, agregaría a su perorata mañanera: “Pero qué bien que la UNAM va a resolver este asunto y ojalá lo haga pronto, antes del día 2”.

A todo esto, ahora resulta que la ministra Yasmín Esquivel, en un plano de absurda defensa, argumenta que a ella fue a quien le plagiaron su tesis, misma que empezó a escribir 2 años antes de culminar sus estudios de licenciatura. Esas son las inasequibles defensas de aquellos que forman parte de la transformación del país.

Si atendemos a la mentira que como argumento vierte la ministra, el plagiario de la tesis lo hizo antes de darse a conocer. ¿Cómo le haría el plagiario para copiar una tesis que estaba en proceso de elaboración antes de que el autor presentara la suya? Un enigma difícil de resolver. Ahora resulta que la ministra es inocente, y quien un año antes presentó la tesis es el responsable del plagio. Ni un niño de primaria lo podría creer y esa es la persona que ha impartido justicia por años. Ahora se puede entender el porqué apoya la transformación de López Obrador. Tal vez Martha Rodríguez Ortíz, directora de ambas tesis, tenga la respuesta al enigma.

Después de más de 35 años sale a relucir problemas de plagio de tesis en la UNAM. ¿Cuánto cuesta un plagio para ahorrarse tiempo, dinero y esfuerzo? Cierto, hay quienes pagan las tesis, incluso de grado, conozco a más de algún Doctorado que pagó por la maquila de su tesis, y por supuesto, hay quienes a eso se dedican.

Pero lo argumentado por la ministra Yasmín Esquivel sí que resulta inaudito. A la señora le plagiaron su tesis antes de terminarla y el supuesto plagiario, Édgar Ulises Báez (presunto delincuente y chairo), presentó la misma tesis de la ministra antes que ella la terminara. Argumento fuera de cualquier razonamiento lógico, mucho menos jurídico. Báez ya fue denunciado y no aparece por ninguna parte. Los transformadores han complicado el asunto.

Antes el presidente López también justificó otras de sus tantas locuacidades. Dijo: “Ponían en un lugar público 10, 20, 100 carteras, con 3 mil, 4 mil pesos y una tarjeta (con los datos) del dueño. Si no devolvían muchas carteras (afirmaban) que había mucha corrupción. Pero, ¿cuándo midieron, y esto también va para los medios alcahuetes e intelectuales orgánicos, que no pagaban impuestos las grandes corporaciones empresariales y financieras? Y estamos hablando de 10, 15, 20 mil millones de pesos que les condonaban”. Todo para salvar a la ministra. Acorde con la argumentación de AMLO, sí cometió acto de corrupción la ministra, pero fue poquito, como diría aquel presidente municipal morenista que aceptó haber robado “pero poquito”.

Y López ha seguido intentando defender a su protegida al argumentar torpemente: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

Frase bíblica que viene a significar que la ministra Esquivel sí cometió el plagio; pero, ¿qué pecador no ha cometido alguna falta? Justificación bíblica del presidente corrupto.

Para rematar, AMLO acepta que en su gobierno sigue existiendo la corrupción, pero ya no hay “tarascadas”, solo hay “mordidas”. ¡Viva la transformación!

Conclusión. Andrés López Obrador seguirá apoyando a Yasmín Esquivel Mossa, a pesar de ser plagiaria de tesis, para que presida la SCJN. Eso es no tener vergüenza, es de cínicos y delincuentes.

Ahora bien, si Jasmín Esquivel ya no será la presidenta de la SCJN, ¿quién sucederá a Arturo Zaldívar Lelo de Larrea? Hay o había 5 ministros en juego. Los ministros se resisten a la imposición de la o del pelele que pretende López Obrador.

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