Las situaciones vividas la última semana han permitido observar a la generalidad lo que muchos ya sabíamos e, incluso, habíamos sufrido: los rasgos reales, los verdaderos, de la personalidad del gobernador Francisco Domínguez.
El despido de Guillermo Gutiérrez Badillo puso al descubierto que Pancho no es leal a nadie; a las primeras de cambio entregó a quien desde hace casi 20 años fuera su “Sancho Panza”. Guillermo confiaba en él ciegamente, era capaz de lamer el suelo que Pancho pisaba, sufría humillaciones que pocos (o al menos el que escribe ni por el sueldo) tolerarían.
Pancho era capaz de bajar a Gutiérrez Badillo a medio Bernardo Quintana por olvidar comprar el café del emperador, romperle el pasaporte en medio de un viaje internacional porque al sonso de Memo le habían robado la maleta del “señor” en el aeropuerto, patearle el equipaje a las vías del Metro de Londres porque al emperador Domínguez le parecía gracioso, sin importar que Memo pusiera en riesgo su vida al intentar recuperar sus pertenencias.
Memo le conoce a Pancho hasta la próstata, dice un viejo panista al dar un profundo sorbo a su café; sabe de las fiestas en Polanco cuando era senador, era el que le “traía todo” (esbozando una sonrisa).
Pancho no puede salir con la estupidez de decir no saber las movidas del “Chespi” si no le perdonaba un cambio del Starbucks; es más, seguramente quien dio la orden de contar los moches fue él mismo; es muy desconfiado, puntualiza.
Nos cuentan que la “magnífica” decisión de sacar a Memo de manera estrepitosa y en juicio sumario fue de quien desde hace unos cuantos meses funge como la nueva “Carlota” en el Palacio de la Corregidora, doña Mariela Morán Ocampo, quien haciendo uso del “derecho de picaporte”, le da “buenos consejos” al gobernador.
Es fácil leer las decisiones de gobierno del estado en últimas fechas; si el gobernador sale mostrando víscera y viéndose ajeno a la realidad, seguro es consejo de Mariela; pero si el gobernador actúa como “judicial setentero” de película de ficheras, el consejo vino de la Secretaría de Gobierno.
Por ejemplo, el discurso bravucón del gobernador en la “mañanera del presidente”, suscribo mañanera del presidente, no solo es un error de cálculo, era innecesario, además de una falta de respeto. Ese discurso seguro salió de la emperatriz Mariela. ¿Por qué lo afirmo? Muy simple, es un discurso de consumo personal, ajeno a la realidad, visceral y sin estrategia, la cual es necesaria hasta en los pleitos de niños o de barrio.
Cuando yo era niño, siempre preguntaba a quien tenía que agarrarme a trompadas si tenía hermanos; si contestaba que sí, había dos opciones: que sabía meter las manos porque los hermanos se lo sonaban o que si yo me lo sonaba vendrían los hermanos y me sonarían a mí. Así de fácil, así de simple, es la estrategia.
¿Acaso Pancho no ve que solo le quedan cinco meses en plenitud del poder? ¿Su soberbia lo hace incapaz de ver que el señor presidente tiene cuatro años para acabarlo y que, en su librito negro de rencores, él ocupa un lugar privilegiado?
Sin duda, el gobernador está perdiendo todo, hasta la hegemonía de grupo; hay quien dice que hace mucho que él no gobierna.
Comentario al margen
¿Se ha dado cuenta de la excelente operación de los presidentes municipales metropolitanos respecto a los temas del gobierno del estado? Se han mantenido ajenos, concentrados en su municipio, lejos de cualquier posibilidad de embarrarse. Es claro, Luis Bernardo Nava, Roberto Sosa y Enrique Vega van por la reelección, a cuidar lo suyo, lo que ya les pertenece por derecho propio; el gobierno del estado no es la punta de lanza, así se percibe desde las entrañas del PAN y hay quien dice que no les molestaría un gobierno de color diferente al azul en la casona de 5 de Mayo.
¡Enhorabuena, presidentes!
De risa
Resulta que el doctor en derecho, catedrático de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), emérito del ITAM, mejor promedio de su generación, fuente viviente de sabiduría jurídica, Ricardo Anaya Cortés, presentó una demanda por daño moral ante un juez federal para que “investigue las declaraciones de Emilio Lozoya”.
¡Si será güey!, los jueces no investigan, no es su función jurisdiccional; además falta que proceda y, sobre todo, ver qué contesta Lozoya, quien dicho sea de paso, carece de legitimidad pasiva, pues en todo caso a quien se debió demandar es a quien se le atribuya la difusión del escrito de denuncia (las clases de derecho procesal son galantería de la casa).
Menos “Shiva” y más García Máynez, “dotor”.
Lenguas viperinas
Don Santiago Nieto Castillo debe de “sacar la antena” con sus “colaboradores”, pues hay dos o tres que andan haciendo malabares en dos pistas, algunos hasta en tres. No vaya a ser que al rato “le hagan de portero los tamales”.
Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.
24
Ago 20
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Es innegable la trascendencia de las declaraciones que, en su carácter de testi...
Quizá usted sea muy joven, desinteresado en política o simplemente falto de me...
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