En un escenario crítico en el tema hídrico, del 21 al 24 de marzo, la organización Bajo Tierra Museo del Agua, en conjunto con otras asociaciones, participará en la Conferencia Mundial del Agua de la ONU.

Ayer 21 de marzo estuvieron en un manifiesto de resistencia hídrica, en el que se expusieron testimonios de quienes se han visto afectados por las megaobras y proyectos de infraestructura, así como ha sucedido en el estado.

Aunque el megaproyecto del Acueducto III se posponga hasta 2024, el tema del agua no deja de preocupar.

Si el agua fuera un derecho humano, por ley a nadie le podría faltar el suministro mínimo para vivir, pero aunque el agua es un derecho humano, en la Ley que Regula la Prestación de los Servicios de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Querétaro es letra muerta.

La falta de agua, junto con la época de estiaje y la falta de lluvias, se ve reflejada ya en distintas presas del estado.

Un rango de almacenamiento entre 30 y 40 por ciento se encuentra la capacidad actual de 26 cuerpos de agua existentes en la capital queretana. La presa El Batán es uno de los principales embalses de Querétaro que se encuentran en ínfimo nivel de almacenamiento, está casi 1.55 de llenado, según la Conagua.

La escasez de lluvias y la falta de infraestructura y tecnología para el riego es lo que impulsa a que los ejidatarios utilicen pozos que conectan con mantos acuíferos subterráneos, para regar sus cultivos y que su ganado sobreviva.

A la fecha, cerca de 14 mil productores del semidesierto y la sierra del estado, la mayoría de ganado de pastoreo, se ven afectados con “la peor sequía de los últimos 30 años”.

En Peñamiller, Amealco y Huimilpan, productores propietarios de menos de 20 cabezas de ganado han optado por vender algunas vacas para evitar que se mueran por deshidratación o falta de alimento.

Por si eso fuera poco, con el inicio de la temporada de calor incrementan las quejas por parte de transeúntes, locatarios y vecinos ubicados en avenida Universidad, en la capital del estado, debido al mal olor que desprende el agua del río Querétaro y a la contaminación del lugar, lo cual provoca que en algunos negocios la clientela disminuye por cuestiones de salubridad y genera una mala imagen en la zona.

Además, miembros de la Cooperativa de La Estancia de los Pescadores están padeciendo la fuerte sequía que registra la Presa Constitución, pues a decir de uno de sus integrantes, Gonzalo Bautista, ha golpeado hasta en un 70% en sus ventas.

El principal atractivo para los visitantes es contemplar el agua del “Acapulquito”, pasear en lancha y disfrutar de las distintas actividades recreativas, deportivas y turísticas; sin embargo, debido a que el nivel de la Presa Constitución 1917 está muy bajo, es complicado ahora poderlas realizar.

La semana pasada, la Comisión Estatal del Agua anunció la racionalización, tandeo o falta de agua como en 100 colonias, principalmente del sur de la zona metropolitana.

Eso es solo una parte de lo que provoca el estrés hídrico, falta lo relacionado a las nuevas tomas de agua en casas, las concesiones para la industria, las concesiones para la venta y distribución del vital líquido, que están prohibidas en la ley, pero que de manera simulada las dan, como en el municipio de Corregidora, donde el agua es un gran negocio que, repito, de manera irregular ha entregado a los desarrolladores el edil Roberto Sosa; total, él pronto migrará del estado. Si no, al tiempo.

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