De poco o nada va a servir la recién votada reforma electoral del estado. Antes bien, estoy seguro que terminará por afectar la vida interna de los partidos y al sistema.

Pues verá, resulta que el artículo 162 obliga a que los partidos políticos integren en sus planillas para ayuntamientos y fórmulas a diputaciones locales –sean de mayoría o representación proporcional– a personas en “situación de vulnerabilidad”.

Y ese es el detalle, derivado de que el concepto tiene un amplio espectro de interpretación, pues comprende al indigente que toma el sol al mediodía tumbado en las escalinatas del Templo del Carmen, trabajadoras sexuales del motel Venus, sordos, ciegos o cualquiera que sufra algún trastorno psicológico. Es más, si vamos más a fondo, todos somos vulnerables ante algo, ante alguien o ante la situaciones en algún momento de nuestra vida.

Como verá, la famosa reforma terminará siendo únicamente un galimatías que, invariablemente, pondrá en “situación de vulnerabilidad” a los propios partidos, pues deja la puerta abierta a la especulación y traza el camino para que más de alguno juegue con el concepto y, valiéndose de los tribunales electorales, acceda a la candidatura que le plazca por el simple hecho de aludirse vulnerable, dejando la decisión de las candidaturas al juicio de los magistrados y no de los partidos.

Créame, aunque en el papel pudiera sonar como una reforma incluyente y evolucionada, la realidad la alcanzará y terminará siendo un “dolor de muelas” que complicará de manera innecesaria el escenario político electoral del estado.

“Puerta que se abre, te llama”.

Y ya entrados en materia

No sé si sepa, y si no, le cuento. Técnicamente, antes de que inicie el proceso electoral deberán de nombrarse en el Senado de la Republica los dos magistrados que faltan para integrar el Tribunal Electoral del Estado de Querétaro, y recordemos que ahí tiene mayoría Morena, por lo que seguramente veremos posiciones afines a ese partido.

“A lo que huele, sabe”.

Ochoa, movidito

Podrá caerle bien o podrá caerle gordo, pero lo que es un hecho es que José Alejandro Ochoa Valencia se ha convertido en un activo importante para Morena Querétaro y ha construido con sus propios recursos un capital político respetable y atractivo que está a disposición de cualquier corcholata.

Hay que reconocer que Ochoa, con sus métodos poco ortodoxos y por momentos hasta agrestes, ha conseguido lo que otros solo añoran, pues tiene posiciones en el Consejo Estatal, presencia con todos presidenciables, y sobre todo, la capacidad necesaria para tragar los sapos que le pongan en el plato.

“No es jinete el que no cae”.

De lluvias e invasores

Ahora quiero hablar de un tema que durante los últimos días –a causa de la lluvia– salió a relucir.

Usted recordará los deslaves que se presentaron en una de las primeras lluvias fuertes que azotaron la zona norte de la ciudad y que generaron deslaves en la carretera a Chichimequillas.

Pues déjeme decirle, mi querido lector, que tal parece que nos encontramos ante un esquema de que un líder mueve gente en un predio que no es de su propiedad, para lograr su cometido.

A raíz de estos deslaves, las autoridades informaron que habían comenzado con las notificaciones para que las familias que ahí construyeron –dicho sea de paso, con maderas, láminas y desechos de materiales– supieran de los riesgos y comenzar a evacuar la zona. Pero qué cree: que muchas de esas chozas solo han sido construidas y armadas, pero no habitadas.

Tal parece que hay gente que ya encontró la fórmula: llegan e instalan chozas en zonas vulnerables, aunque no viven ahí. Son personas que tienen sus propias casas bien instaladas y que arman estos asentamientos en zonas de riesgo para generar que gobierno los retire y buscar que les consigan un nuevo predio... en otro lugar.
Digamos que hay gente que ya encontró el ‘modus operandi’ para hacerse de nuevos terrenos y servicios gratis, a costa de poner en riesgo a otros ciudadanos… Al tiempo.

“En las lluvias hasta la basura flota”.

Rafita, así en diminutivo

Quien parece nomás no prender por mucho que le inflen y le tornen para cambiarle la imagen, es el secretario de Desarrollo Social y presunto suspirante a la candidatura del municipio de Corregidora, Rafael Montoya Bolaños, pues a pesar de la grotesca campaña de posicionamiento a través de un negocio de carnitas y sus graciosos TikTok, nomás no conecta; y eso se debe, quizá, a que Rafita sería un excelente candidato a la delegación de Santa Bárbara, pero no a la presidencia del municipio con mayor crecimiento, desarrollo, nivel socioeconómico y educativo del estado.

En otras palabras, Rafa es anacrónico. Quizá hubiese sido un excelente candidato hace 30 años en los ya lejanos noventa, cuando el voto de la cabecera municipal, las mayordomías y los frailes eran factores sine qua non para ganar elecciones. Pero hoy su imagen campirana y juvenil no va acorde con el municipio que pretende gobernar.

Es cierto que en el municipio más panista de la República, “si se pone un burro blanquiazul, gana”; pero no menos cierto es que 2024 no será un día de campo para Acción Nacional y difícilmente se repetirán las cifras de 2021. Y si a ello le sumamos la posible candidatura de Gilberto Herrera por Morena, el PAN tendrá que ser muy juicioso en cuanto a quién sea su candidato y no solo ceder a las presiones de grupo en torno al chavo Montoya, si es que no quieren sufrir un doloroso descalabro en su bastión.

“No hay que confundir espumilla con carbonato”.

Lenguas viperinas

Cuentan que el vocero nacional del PAN ya alista maletas para el Congreso de la Unión. El boleto será por la vía plurinominal, solo que no sabe a qué cámara.

“La mula es mula, y cuando no patea, recula”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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