A partir del 15 de marzo Querétaro tendrá nuevo delegado o “representante”, como guste usted llamarle, de la Secretaría de Gobernación. Se trata del experimentado político guanajuatense Miguel Ángel Chico Herrera, quien entrará en sustitución de Joaquín de la Lama Corres, a quien al parecer su presunto “activismo social” le costó la chamba.

Como usted recordará, a De la Lama se le acusó de ser organizador de aquella insípida y fútil manifestación en contra de la medida del reemplacamiento, propuesta por el Ejecutivo local, situación que desencadenó la especulación en contra del casi ex funcionario federal.

Pero como decían los clásicos, “nunca hay felicidad completa”, y quizá aquellos que hoy festejan con “bombo y platillo” la caída de Joaquinito, en unos cuantos días le echen de menos, pues a diferencia de él, Chico Herrera es un hombre de poder que entiende la entraña del sistema y difícilmente dejará libre el espacio como jefe político del Ejecutivo federal, que De la Lama nunca quiso asumir.

Así que aquellos que hoy bailan alrededor de la hoguera hecha con hojas del “libro rojo” y que consume los restos mortales del ideológico personaje con barba al estilo del Che, no deberían estar tan contentitos, pues ahora tendrán enfrente a alguien que no comparte sus fobias ni sus filias, por lo que no lo podrán espantar con fantasmas del pasado ni padrinazgos de fe.

Ahora bien, decía uno de mis mentores, un viejo cabrón y pragmático, instruido en el difícil arte de la simplificación del quehacer político: Siempre que haya algún movimiento, busca a quién beneficia. En este caso, es claro; el mayor beneficiado es una vez más el gobernador Mauricio Kuri, y por ende, la secretaria de Gobierno del estado, pues “haiga sido como haiga sido”, quien le dio lata ¡ya se va!, quedando clara la excelente relación del Ejecutivo local con el presidente López Obrador, y en particular, con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Por otro lado, al llegar a la delegación un político con las características de Chico Herrera se garantiza un tránsito sencillo para la construcción de acuerdos en materia de política interior, en conjunción con Guadalupe Murguía Gutiérrez.

Hablando de tiempos futuros

Como usted sabe, si es que es lector constante de estas líneas aborrezco adelantar vísperas respecto a candidaturas, al menos a casi tres años de la elección, pero a veces no se puede negar lo evidente y los actores políticos necesariamente nos hacen voltear a verles.

Tal es el caso de los secretarios de Movilidad y Desarrollo Social del municipio de Corregidora, Moisés Moreno y Rafita Montoya, respectivamente, quienes dejan clara su intención de suceder al “Súper Tino” en cada una de sus acciones; y sabedores del contexto del municipio, están en el entendido de ir juntos “hasta donde tope”, pues la cosa es sencilla en aquellos lares, la verdadera contienda es al interior del PAN, lo demás es mero trámite.

Por cierto, al otro junior que anda afanoso quizá le pese el apellido o la concesión del relleno sanitario; y del abstracto Carlos Jiménez, qué le puedo decir. Esta referencia ya es un dispendio de tinta.

En fin, mientras ese par siga unido, no lo mata ni una tercia.

En honor a la verdad

Efectivamente, Juan Guzmán Cabrera, presidente municipal de Huimilpan, fue sentenciado por el Tribunal Electoral del Estado de Querétaro en el Procedimiento Especial Sancionador 156/2021, por presuntamente haber ejercido violencia política a razón de género en contra de la otrora candidata de Acción Nacional a la presidencia municipal, Leticia Servín Moya.

Lo cierto es que dicha sentencia no goza de definitividad, pues aún queda la Sala Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y por qué no, hasta Sala Superior.

Además de que en ninguna parte de la resolución habla de destitución, como trascendió en días pasados.

Pero lo que sí es innegable es que don Juanito es un elemento sumamente dúctil, y con el paso de los días sufre el fenómeno de la “ropa de paca”: ¡Hay que escarbarle mucho para encontrar algo bueno!

Pues a la fecha y con poco más de un cuarto de siglo metido en estos menesteres, no había conocido un presidente municipal con tantos cambios en su gabinete en menos de 100 días de gobierno.

Susanita no tiene un ratón, se rodea de ellos

Verá usted, luego de lo publicado la semana pasada, los reclamos no se hicieron esperar. Pero como siempre y fieles a su costumbre, los sofistas primigenios (término que utilizo de manera por demás generosa para estos australopitecos erectus) son incapaces de aportar prueba en contrario a lo descrito por este obrero de la palabra y se concretan a deponer sin lógica política y jurídica alguna.

Pero como me resulta muy ameno el estudio de la especie, además de que me provoca un alienado placer, me daré el tiempo para sacar una vez más de quicio a los simpatizantes de estos garbosos antropoides. Así que ahí les voy.

Verá, versa la sabiduría popular que “tanto peca el que mata la vaca como el que le detiene la pata”. Pues bien, de verdad no entiendo al emisor de la factura y me surgen las siguientes dudas razonables: Si sabía que María del Rosario Susana Soto Vieira la iba a utilizar para intentar engañar al INE, ¿por qué la timbró?

¿Por qué si sabía que no está dado de alta en el padrón de proveedores del INE, pretende ser pagado cuando su pago es ilegal? Y la última: ¿Por qué después de 7 meses el CFDI sigue vigente, cuando pudo haberlo cancelado?

Entonces, ¿dónde quedó aquello de no robar, no mentir y no traicionar? Eso déjenselo a los medios “chayoteros” o a los “prianistas”, pero a la “Esperanza de México” no, eso no está bien.

Ojalá y antes de buscar “chichis a las culebras” voltearan a ver las reglas del juego; pero eso es utópico, es mucho pedir. Si no respetan la regla de “simio no mata simio”, ¡qué van a entender de contabilidad electoral!

“No hay manos puras, hay puras manos”.

Respecto a la violencia en el futbol

Siempre resulta más sencillo echarle la culpa de la protervia humana al gobierno en turno, sea de la extracción que sea, del ámbito que sea y en el lugar que sea; pero hacerlo respecto de lo sucedido el sábado pasado en el estadio Corregidora es una necedad, por decir lo menos.

Sería tanto como culpar al gobierno del embarazo no planeado producto de una urgencia post Covid o de la cirrosis que sufre luego de años de consumir la bebida del murcielaguito.

“No se debe responsabilizar a un ente público de actos personalísimos realizados en plena conciencia”.

¿Le sonaron estúpidas mis culpas? Asimismo se lee responsabilizando al gobernador o al presidente municipal capitalino. ¿Ellos qué? Si la seguridad al interior del estadio es responsabilidad del club, en este caso Gallos Blancos.

Al respecto, el comentario más coherente y apegado a la realidad fue el que realizó el presidente de la Liga MX, Mikel Arreola, al hablar sobre castigar a los “responsables de la seguridad en el estadio”. Ese es el fondo del problema; aquí sí hay un responsable, en este caso, por omisión, el director general del equipo, José Adolfo Ríos García, quien es el encargado de contratar a la empresa de seguridad privada que “cuida la integridad” de los asistentes partido a partido.

Sin embargo, como es su costumbre y fiel a su estilo acomodaticio y santón, se concreta a esperar a que el señor gobernador –que ya debería estar atendiendo asuntos en la capital española– arregle su cagadero. Total, él con que se lamente y lance dos o tres bendiciones al aire y un arrepentimiento vano, ¡ya cumplió!

En verdad, ya basta de consentir al equipo, bastante es el comodato que otorgan los gobiernos estatal y municipal sobre diversos inmuebles, como para que ahora quieran que se desplieguen fuerzas públicas para garantizar la seguridad en un evento de inminente lucro.

Por favor, no se confunda.

Lenguas viperinas

¡Hay amores que matan! Y en política, ¡ni se diga! Pero no haga caso, solo que es imposible entender que alguien se pierda del churrasco y la samba así nomás, y todavía hay quien le reza como si fuera el mismísimo Corcovado por una chamba.

En fin, ¡el que entendió, entendió! Y el que no, hasta el año que entra.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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