Una de las principales virtudes de Lupita Murguía es la templanza que, combinada con su carácter y la toma acertada de decisiones, le ha permitido salir avante y sin rasguños durante los 28 años que lleva de carrera política.

Hemos de reconocer que después de un primer año de sexenio convulso y trágico, derivado de los hechos mundialmente conocidos, el que transcurre se percibe terso y tranquilo para el mandatario del estado, lo cual permite el lucimiento de sus acciones, derivado de la gobernabilidad que emana desde la Secretaría de Gobierno (aunque una secta de bobos diga que “todo es gracias al maestro”), que se ha encargado de tender puentes donde había vados, y sobre todo, resolver temas con el suficiente añejamiento para oler a podrido.

Sin embargo, lo que sí se tiene que decir –sin ningún afán de pontificar y para despejar los tintes rosas de líneas anteriores, mismos que comenzaban a darme acidez– es que Lupita no debe caer en estridencias innecesarias que compelan su imagen y terminen por desgastarla, pues sus credenciales hablan por sí solas, y contagiarse de “campañitis” es una mala elección cuando se está más allá del bien y el mal; y lo único que provoca es que incautos entusiastas crean que están a su nivel, aunque sus patadas únicamente le alcancen las espinillas.

En resumen, Lupita va y va bien; solo tiene que administrarse y no perder el objetivo que ya está a la vuelta de la esquina.

“Más vale paso que dure y no trote que canse”.

Hablemos de “cerillos”

Como usted sabe, y si no, le cuento: Dentro de Acción Nacional existen dos grupos históricos que se han peleado el poder en el estado desde el ya lejano 1997. Me refiero a “Duros” y “Neos”; estos últimos, a los que cariñosamente hemos denominado en este espacio “juvenilitos”, tienen como común denominador su cercanía con el prófugo pero influyente excandidato presidencial y líder nacional de facto, Ricardo Anaya Cortés, así como una estrecha relación con el actual dirigente, Marko Cortés, con el que compartieron aventuras más allá de la política.

Dicho lo anterior, pareciera que estos apuestan firmemente a que desde el Comité Ejecutivo Nacional caigan las designaciones a los cargos que aspiran, ya que a pesar de que en lo local ninguno de ellos trae momios a su favor para pelear posiciones y en algunos casos ni para negociar, ningún miembro de este selecto club baja la guardia ni quita el dedo del renglón; y por el contrario, invierten por momentos hasta de manera exagerada en posicionarse allende fronteras y partido, lo cual, dicho sea de paso, es raro, y no raro de extraño, sino "raro” de ponerse truchas, ya que los chamacos tienen fama de “cuidones” y no estarían invitando cafés si no supieran que luego beberán del refino.

¿A poco hay quien cree que Macías, Sosa, Montoya, Vega, Rojas o Báez juegan a ciegas?

Al inocente y confiado, le comen el mandado.

Encuestas y sarpullido

La semana pasada circuló la primera encuesta que contempla la aprobación del diputado local y presidente del PVEM en el estado, Ricardo Astudillo Suárez.

Y la furia agreste de los indómitos primates que anteponen el título universitario como tercer nombre para ocultar su irracionalidad con falacias de autoridad, aunque de política sepan lo que yo de física cuántica, no se hizo esperar.

¡Y cómo no!, si el “Astutillo” ya se les metió como la humedad, se codea con su candidata, se reúne con sus dirigentes, lo nombran vocero nacional de Sheinbaum por parte del Verde y, para colmo, ahora sale con que el “angelito” trae más del 64% de aprobación con solo el 15% de conocimiento en el estado, lo que indica que al “áurico arquitecto” lo único que le queda es crecer en conocimiento para consolidar sus aspiraciones.

De verdad entiendo a los “operadores” y simpatizantes de los facultativos suspirantes; debe ser difícil no atinar nunca, pero sobre todo, digerir que sus respectivos tótems son solo troncos huecos, cuya permanencia erguida depende de todo menos de ellos.

Quizá, en ánimos acomodar el relato y suavizar su nuevo fracaso, saldrán a decir que a los “doctores” los conocen más. ¡Y es cierto! Nadie lo discute, sería palurdo pensar que después de sus respectivas salidas en falso a la candidatura al gobierno del estado y la magnífica operación de sus tlacuaches, que los candidatean hasta para “flor más bella del ejido”, no los conocieran.

Y por lo mismo que los conocen, gozan de unos negativos dignos de cualquier jefe siciliano extraído de alguna novela negra, sin posibilidad de revertirlos, derivado de que desde hace más de dos años alcanzaron su techo de conocimiento.

“Si a la política le quitas los toques fantásticos, solo queda política”.

Mitofsky

Si usted es asiduo lector de este líbelo público y chocarrero, sabrá que muchas, si no es que la mayoría de las veces, mis razonamientos y proyecciones están basadas en encuestas, unas más o menos precisas, pero al final todas útiles si se saben leer.

Dicho lo anterior, como referencia a mi comentario, la última medición sobre aprobación de presidentes municipales muestra que de enero de 2020 a abril de 2023 la aceptación de Luis Bernardo Nava Guerrero no ha hecho más que incrementarse de manera exponencial en 10 puntos porcentuales, por lo que siendo la segunda figura con más presencia en el estado luego del gobernador Mauricio Kuri González, Acción Nacional cometería un error de tintes catastróficos al no incluirlo en la boleta electoral, pues a diferencia de otros personajes impresentables, Nava debe de estar en campaña.

Y sí, ya sé que siempre he repetido como tarabilla que las elecciones las ganan los partidos, pero nunca había completado la frase: “Las elecciones las ganan los partidos, pero las pierden los candidatos”. Así que no se equivoque, el PAN necesita al “niño de oro”, y no lo digo yo, lo dicen los números.

“Tonto el que no entienda”.

Lenguas viperinas

Cuentan que aunque Pepe Calzada diga que Morena no es su camino, este está trazado y es el de “Santiago” desde que Alito lo bajó de la representación en el INE.

“La gratitud es la memoria de las asesorías”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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